Marco Antonio Luza Segundo
Marco Antonio Luza Segundo

Qué difícil es informar periodísticamente sobre una violación sexual. Subrayo lo periodístico porque hoy cualquiera con acceso a tecnología y cuentas en plataformas digitales puede comentar u opinar sobre todo tema y decir cualquier cosa. Pero los periodistas deben diferenciarse en el tratamiento de la información.

Al saber de un posible caso de violación, podemos aprovechar la indignación colectiva y hacer titulares de cargamontón. Sabemos que la indignación vende y parece estar de moda. ¿Debemos hacerlo? ¿Es correcto proceder de esa manera así no haya un pronunciamiento de autoridades o una sentencia judicial?

Las preguntas surgieron a raíz del caso de violación ocurrido en pleno censo nacional, denunciado por una empadronadora que acusó a Marco Luza Segundo de abusar de ella cuando fue a la vivienda de este, en Villa El Salvador, para entrevistarlo.

Perú21 publicó información refiriéndose a Luza Segundo como el presunto violador. Ello generó muchos comentarios de lectores que asumieron que este medio se ponía del lado del agresor o quería minimizar el hecho o no daba crédito a la denunciante o se había olvidado de #NiUnaMenos.

En términos técnicos, Perú21 actuó bien. Solo cuando se detiene a alguien en flagrante delito, es decir, en el momento que lo está cometiendo, se le puede señalar directamente como el autor del crimen pues no hay duda de la comisión del mismo.

Sin embargo, el uso de la palabra presunto se presta a malas interpretaciones como las que he mencionado y que se dieron entre numerosos lectores. En este caso era mejor referirse al sujeto en cuestión como “el acusado de violación” o “el denunciado por violación”, cosa que se hizo en la redacción web posteriormente.

Esther Vargas, editora Web y de Audiencias de Perú21, me dijo que por razones legales y éticas se evitó referirse directamente a Marco Luza Segundo como el violador incluso cuando se le detuvo. Para ello hicieron consultas legales. Usted debe saber que a las redacciones y programas periodísticos llegan querellas y demandas cuando los periodistas califican a alguien como delincuente sin mediar proceso o sentencia. A muchos les encanta sentirse fiscales o jueces, pero la labor del periodista es presentar los hechos.

Hablando de los usos y costumbres en el periodismo para tratar casos de violación, al cierre de esta columna una noticia se desinfla: la bebé de catorce días que fue reportada como víctima de violación por su padre tiene una fuerte infección vaginal, pero no es por haber sido objeto de ese delito. A este señor de Lagunas, Ayabaca, en Piura, al parecer incluso quisieron lincharlo porque alguien dijo que él era el violador.

Informando mejor desde los medios podemos ayudar a tomar conciencia de estos delitos y a luchar contra la violencia sexual en nuestro país.

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