Defender el BID

A lo largo de su historia, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha seguido una regla no escrita: su presidente debe ser un ciudadano latinoamericano y el vicepresidente ejecutivo un norteamericano.

El presidente Trump, como ha hecho con otros cánones políticos, planea romper esta convención y viene empujando la candidatura del estadounidense Mauricio Claver-Carone a la presidencia del BID. Este se enfrentaría al argentino Gustavo Béliz en las elecciones programadas para el 12 de setiembre.

La presión de Trump ha causado el rechazo de varios gobiernos latinoamericanos, como México, Argentina y Chile, así como de líderes de otras regiones. Se teme que una presidencia norteamericana dé un poder desmedido a EE.UU., que concentra 30% de las acciones institucionales. Además, se cuestiona que sea un mandatario (posiblemente) saliente como Trump quien designe a quien conducirá el BID el próximo lustro. Este bloque demanda el atraso de las elecciones hasta que concluya el proceso electoral de EE.UU.

No es esta la posición del gobierno peruano expresada por el canciller López, quien, cediendo a las presiones de EE.UU., apoya que las elecciones se realicen en setiembre. Nuestro gobierno parece no molestarle que el presidente Trump utilice la elección del BID para medir fuerzas frente a su rival demócrata, Joe Biden, quien se opone a la designación de Claver-Carone.

El Perú no debería permitir que se manipule una institución clave para nuestro desarrollo con fines de política interna de EE.UU. Las elecciones en el BID pueden y deben atrasarse. ¿Por qué habría que hacerle venias a un presidente como Trump, que, lejos de haber contribuido con la región, estigmatiza y desaira a los latinos?