El gobierno de Martín Vizcarra no observó la ley de retiro del 25% de la AFP. (GEC)
El gobierno de Martín Vizcarra no observó la ley de retiro del 25% de la AFP. (GEC)

Con la promulgación de la ley que permite el retiro de hasta el 25% de los fondos de las administradoras de fondo de pensiones (AFP), se consumó la cuchipanda populista del Congreso de la República. La Mesa Directiva y los partidos que respaldaron el proyecto se salieron con la suya, alegando que recogían “un clamor popular” (¿?), como dijo el titular del Parlamento, Manuel Merino.

Tratándose de una medida de tan írrita justificación técnica, el presidente Martín Vizcarra debió observarla, como pareció que iba a hacer, al dejar pasar los días sin ponerle la rúbrica; más aún si el miércoles último anunció una propuesta de retiro de fondos diferente y que el gobierno iba a presentar un proyecto para lograr una reforma integral del sistema de pensiones. No obstante, como el plazo se cumplió sin que la autógrafa fuese observada o publicada en El Peruano, el Congreso, amparado en la Constitución, decidió promulgarla.

La pregunta que queda flotando en el ambiente es cómo podría interpretarse la inacción presidencial sobre este tema específico, que afecta a los fondos de gran cantidad de peruanos. ¿Falta de reflejos? ¿Que las declaraciones sobre su supuesto desacuerdo con el proyecto de los congresistas fueron un saludo a la bandera? ¿Que al final se arrepintió por temor a perder popularidad?

Las conjeturas pueden ser múltiples, pero lo cierto es que la respuesta de Vizcarra a un proyecto a todas luces perjudicial para los aportantes que, al retirar el dinero, recibirán una pensión menor en el futuro, fue lenta. Pese a, como decimos, haber anunciado en la víspera un proyecto para que la gente retire hasta 3 mil soles de sus fondos previsionales, el presidente fue incapaz de promover un acuerdo con los parlamentarios para lograr una posición intermedia.

Mal momento para que la mano le tiemble o lo asalten dudas insensatas, señor presidente. El país espera un liderazgo firme y claro para combatir la pandemia, pero también, la misma claridad y firmeza para enfrentar los tiempos duros, durísimos, que vendrán después de ella.