Debí tirar más fotos de cuando campeonaste después de tanto, de tus años pares, de tu bicampeonato y de todos tus partidazos haciendo respetar la casa o incursionando allá afuera, en tus salidas coperas.
Debí tirar más fotos de tus tapadas, barridas y de tus cánticos de gol; de todas las veces que hasta arriesgaste tu integridad por defender tus colores; de cuando te marchaste por un futuro mejor y de cuando regresaste por amor.
Debí tirar más fotos de todos los amigos que hicimos en oriente, occidente y saltando en las populares; y de todos los que nos acompañaron renegando y festejando en algún lado, al frente de la televisión, por el celular o con la radio.
Debí tirar más fotos de cada amistoso de pretemporada, de cada partido oficial y de cada batalla internacional; del debut, de la huacha, del sombrero, de la picada, de todo el chocolate y de la remontada,
El futuro es hoy y para no acabar la temporada con todos esos remordimientos, vayamos al estadio a comer, a sufrir y a alentar, que nunca sabremos cuándo todo esto acabará, cuándo el partido terminará, cuándo nuestro equipo campeonará o cuando nuestro ídolo se irá.
Por lo pronto, ya tenemos confirmaciones, por ejemplo, del partidazo —que quedará en la historia— entre el Inter Miami de Lionel Messi y Universitario, que busca prepararse para tentar el tricampeonato; o de Yoshimar Yotún, que alista sus chimpunes tras casi romperse los ligamentos de la rodilla y ser la pieza del rompecabezas que le faltó al Sporting Cristal de 2024; o el anunciado retiro de Hernán Barcos y, muy seguramente, también el de Paolo Guerrero, que es unos meses mayor.
Perderse siquiera un partido de este 2025 significaría que “debí tirar más fotos de cuando te tuve; debí darte más besos y abrazos las veces que pude; ojalá que los míos nunca se muden”.