“Solo tienes que resistir. Y cuando te descubras encontrando fuerza real gracias a tu debilidad, y cuando hagas cosas grandes en mi nombre, a pesar de esto, el impacto durará por generaciones”.
“Solo tienes que resistir. Y cuando te descubras encontrando fuerza real gracias a tu debilidad, y cuando hagas cosas grandes en mi nombre, a pesar de esto, el impacto durará por generaciones”.

En Los Elegidos (serie de ) aparece una interpretación libre de Santiago el Menor, un apóstol tullido, de baja estatura y de lento y difícil caminar. Su diálogo con Jesús lo transporta de víctima a protagonista:

“Estás enviándonos con la habilidad de curar a los enfermos”. “¿Estás diciéndome que yo tengo esa habilidad?” Jesús asiente. “Perdóname, encuentro difícil imaginar eso con mi condición, la cual no has curado. ¿Por qué no lo has hecho?”

“Porque confío en ti. Según la voluntad del Padre podría sanarte ahora mismo y tendrías una gran historia que contar, pero ya existen decenas que pueden contar esa historia y luego habrá cientos más e incluso miles”.” Y agrega Jesús: “Piensa en lo que tú tienes para curar enfermos, si no te sano. aber que aun proclamas el nombre de Dios a pesar de esto. Saber que te enfocarás en lo que importa mucho más que en el cuerpo. Que le muestras al mundo que puedes ser paciente con tu sufrimiento (…). No todos pueden entender eso. ¿A cuántas personas crees que el Padre y yo les confiamos esto? No a muchas”.

Santiago: “Pero los otros, ellos son mucho más. Más fuertes. Sé lo fácil que es decir la canción de David que soy una obra maravillosa y formidable, pero no hace que esto sea sencillo y en este grupo me hace sentir como algo menos que una carga”.

Jesús: “¿Una carga? En primer lugar, es más sencillo lidiar con tu caminar lento que con el temperamento de Simón. Créeme. ¿Eres veloz? ¿Te ves impresionante al caminar? Tal vez no. Pero esas son cosas que al Padre no le importan. Tú vas a hacer mucho más por mí de lo que muchas personas soñarían. Y hay muchas personas que deben sanarse para creer en mí o necesitan ser sanados porque tienen el corazón enfermo. Y eso no aplica a ti”.

Y lo impulsa al protagonismo: “Solo tienes que resistir. Y cuando te descubras encontrando fuerza real gracias a tu debilidad, y cuando hagas cosas grandes en mi nombre, a pesar de esto, el impacto durará por generaciones”.

El cristianismo es de protagonistas, no de víctimas. Se entiende por qué no es funcional al marxismo cultural ni al victimismo de nuestro tiempo.

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Gabriel Álvarez de Hoteles Aranwa

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