De héroe a villano. (Foto: Alessandro Currarino / GEC)
De héroe a villano. (Foto: Alessandro Currarino / GEC)

Para muchos, Vizcarra era considerado un héroe y en pocos días pasó a ser el más grande villano. Entender este repentino cambio de opinión de la gente es fundamental.

Vizcarra ya había dado señales claras de su deshonestidad y deslealtad. Empezó con su traición a PPK alentando su vacancia para asegurarse la sucesión.

Continuó cuando dijo públicamente que no se había reunido con Keiko Fujimori y meses después tuvo que reconocer que sí lo había hecho.

Luego vino la grabación de sus conversaciones privadas con dirigentes de Arequipa asegurándoles que no se iba a aprobar el proyecto Tía María, cuando él y su gobierno decían públicamente lo contrario.

Negó que se hubiera reunido con el cuestionado empresario Antonio Camayo, vinculado a Los Cuellos Blancos, y hasta dijo que era un montaje una foto en la que se le veía con él. Semanas después tuvo reconocer que sí se había reunido con ese personaje.

Se conocieron serias acusaciones de corrupción en las que habría incurrido el entonces gobernador regional Vizcarra, con seis colaboradores eficaces que corroboran estas imputaciones.

A pesar de todo lo anterior, Vizcarra seguía con una alta aprobación y era defendido por gente normalmente muy centrada. Hasta que llegamos al tema de su vacunación clandestina, junto con su esposa y hermano, pretendiendo engañar a la opinión pública, mostrando documentos falsos y haciéndose pruebas truchas.

Felizmente, la opinión publica ya se dio cuenta de lo que muchos señalábamos hace algún tiempo, que Martín Vizcarra tiene una escala de valores que no son los más indicados para ejercer cargo público alguno y esperamos que el Congreso y la Fiscalía hagan su trabajo, por el bien de la nación.

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