¿Qué sabrá César Romero, el hombre de Mohme en el PJ y el MP, quien ayer insinuó en la República que se venía algo nuclear desde la Fiscalía contra Dina Boluarte que precipitaría su renuncia o su vacancia? Romero suele estar bien dateado, así que algo letal vendría contra Boluarte. Es evidente para todos que la caviarada quiere derrocarla y acabar con este Congreso, así que se están moviendo con todo adentro y afuera del país.
Hablando de La República, parece que la bronca de AAR con los camaradas y la cada vez más poderosa allí Clara Elvira Ospina ha desembocado en una purga del columnista y el fin de sus escritos diarios (dicen que se quedaría los domingos y en el streaming). AAR ha tenido una trayectoria sinuosa: como tecnócrata de derechas de Apoyo anduvo muy metido —tanto con esta organización como personalmente— en las privatizaciones y otros hechos económicos acaecidos durante el fujimorismo, régimen con el cual simpatizaba. Siempre oportunista, migró tras la caída de Fujimori hacia el caviarismo para sepultar ese pasado naranja (tal como también lo hizo su gran amiga RMP), y así dirigió a Perú21 en esa tónica “progre”. Estuvo en varios medios tras su ruptura con el Grupo El Comercio y simpatizó mucho con Susana Villarán. Me lo crucé en Latina, canal al que quiso caviarizar con gente que trajo y hasta hice un brevísimo e insólito programa con él (debo reconocer que es muy profesional). Luego prescindieron pragmáticamente de sus servicios al poco tiempo que Nadine, a la que tenía mucho acceso, dejó el poder. Recaló finalmente en La República, donde encabezó por años la minoritaria ala ideológica moderada frente al rojerío general de los Mohme y el resto. Desde hacía un tiempo se le notaba un alejamiento abierto de la doctrina caviar y una posición más crítica hacia la izquierda, así como unos juicios menos severos sobre el fujimorismo. Su última columna (“Amistades por ideología, sin afecto”) describió muy bien su divorcio con Mohme. Abur y suerte.
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