CVR y LUM: Verdad y Memoria

1. Después del estudio de la lucha antisubversiva en países del “tercer mundo”, incluida América Latina, se concluyó que para derrotar al grupo insurrecto un objetivo estratégico principal era lograr ganarse el apoyo de la población y que, por lo tanto, las acciones del campo militar tenían que sujetarse a este objetivo.

2. En nuestro país, durante los primeros años de la guerra contra la subversión terrorista, el Estado no supo tener en cuenta lo anterior, como se señala en el manual MFA.1200 del Comando Conjunto de las FF.AA. (enero 2000). Recién, a partir de 1989-90, nuestro Ejército consiguió revertir la dinámica estratégica del conflicto armado. Por eso lo de “guerra no convencional e integral”, también conocida como “guerra política”.

3. “Ganarse el apoyo de la población”, para aislar a los insurrectos, es un objetivo propio de las guerras internas o no internacionales. Este principio no tiene sentido en la guerra entre países. De ahí el enfrentamiento también en el campo “psicosocial” contra la subversión terrorista. Así, en la matanza senderista en Soras (1984), los asesinos se disfrazaron de militares. En otros casos, para detectar quiénes apoyaban a los subversivos, el disfraz era a la inversa. Los de SL atemorizaban a las campesinas y les decían que los militares las violarían si escapaban de la “base de apoyo”. Se seccionaban los cadáveres arrojados al río. Existen 6 mil entierros de víctimas.

4. La llamada “guerra sucia” –torturas, desaparecidos, muerte de inocentes, arrasamiento de comunidades, aniquilamientos selectivos, etc.– buscó ocultar la verdad de lo sucedido. De ahí la necesidad de privilegiar la verdad contada por las víctimas. Por eso los ataques a la CVR y el LUM de quienes se oponen al esclarecimiento de los hechos en los aciagos años 1980-2000 y que se graben en la memoria colectiva.