(David Vexelman)
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Redacción PERÚ21

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Gabriel Alegría,MúsicoAUTOR: GONZALO PAJARESgpajares@peru21.com

Gabriel Alegría es un trompetista que ha desarrollado su carrera en Estados Unidos. Nieto de Ciro Alegría, vio en el jazz –y en su vertiente afroperuana– el lugar propicio para desarrollar su creatividad. Está en el Perú para presentar, junto con el Sexteto de Jazz Afroperuano, su último disco, Ciudad de los Reyes, donde le rinde culto a la ciudad donde nació y que estos días está de aniversario. Escúchelo mañana, a las 9 p.m., en el Delfus Bar (Miraflores); el jueves, a las 10 p.m., en la Peña Don Porfirio (Barranco), y el viernes en el Jazz Zone (La Paz 646, Miraflores). Además, convocado por la Municipalidad de Lima, estará el viernes 18 en el Parque Zonal Huáscar (Villa El Salvador), el sábado 19 en el Parque Zonal Sinchi Roca (Comas) y el domingo 20 en el Parque Zonal Huiracocha (San Juan de Lurigancho). Hora: 2:30 p.m. Entradas: Teleticket.

Tu abuelo, Ciro Alegría, fue escritor. Tu padre, Alonso, es dramaturgo. ¿Por qué no te dedicaste a la literatura?(Ríe). Crecí en el teatro, pero mi apego a la música fue inconsciente, quizás porque mi padre es un gran melómano y en casa hay tanta música como libros. Además, crecí en casa de mi tía María, quien era profesora de piano, entonces, la música sonaba todo el día.

Con todas estas influencias, no ibas a salir odontólogo, ¿no? Tenías que hacer arte.Así es. Imagino que si le hubiera dicho a mi padre que quería ser médico o abogado, él me habría respondido que no me había educado para seguir carreras tan desastrosas (risas). Además, desde el colegio yo tuve claro que quería ser músico.

¿Nunca quisiste rebelarte?No. Siempre he sido independiente pero no rebelde. En mi casa siempre ha habido mucha humildad. Nunca fui consciente de la fama de mi apellido. Sabía que era nieto de Ciro Alegría, sí, pero recién me di cuenta de que mi padre era un buen dramaturgo de grande. Y te cuento todo esto para decirte que, por esto, no he tenido razones para rebelarme contra nada.

¿Y por qué elegiste la trompeta?Cuando escuchas una banda de música, la trompeta es el único instrumento que nadie puede tapar, siempre está presente por su potencia y sonoridad. Por eso la elegí. Ya en la escuela de música me enteré que sus propiedades acústicas impiden que en una orquesta se la pueda tapar, por eso, los compositores y arreglistas son muy cuidadosos al usarla.

¿Y por qué el jazz?Por su valorización de la expresión individual. Por eso dejé la Filarmónica, porque en la música clásica se valora la calidad de ejecución pero no la expresión individual. El jazz, en cambio, valora al individuo y su posibilidad de explorar y de crear.

¿Y la calidad del músico?Hay un malentendido con el jazz. Mucha gente creía que los primeros jazzistas no tenían formación musical porque eran negros, pero, además de ser grandísimos instrumentistas, fueron músicos bien formados. Por ejemplo, por ser un medio de expresión espontáneo, la gente imagina a Louis Armstrong como si solo fuese un talento natural, sin saber que no basta solo con el talento, que hay que afinarlo, desarrollarlo, y eso hizo Louis. Un ejemplo: Messi no sería el que es si no entrenara y afinara su talento.

Jean Pierre Magnet me dijo que, a pesar de su aprecio por el jazz, regresó a la música peruana porque se dio cuenta de que jamás iba a tocarlo como alguien de New Orleans. ¿Te pasó lo mismo?No. Créeme que resultaría más fácil insertarse en la corriente de jazz ya establecida. Ahora, Magnet siempre ha estado explorando y haciendo locura y media. Yo lo recuerdo en Perujazz, tocando con 'Manongo' Mujica y con el maestro 'Chocolate' Algendones. Lo que pasa es que Jean Pierre es muy humilde. Y yo me metí a lo afroperuano por una cuestión de estética y de sonoridad, porque creí que sería bueno que la gente escuchase esta música. Como en el caso de la gastronomía, en el jazz afroperuano hay una fusión de ingredientes.

¿Por qué el jazz y lo afroperuano se amalgaman tan bien?Hay varios niveles. Escuché mi nuevo disco con Susana Baca y su esposo. En A Lima llegó el tondero, una canción del disco, Susana dijo que sentía, en efecto, un tondero norteño. Ricardo, su esposo, en cambio, sintió a Nueva Orleans. Había de ambos elementos; por eso, las evocaciones, las conexiones espirituales, no tangibles, eran posibles. En el nivel técnico –y tangible– la música afroperuana y el jazz están divididos en tres, en 12×8; además, tanto en el jazz como en la música afroperuana todos los patrones rítmicos son intercambiables en el transcurso de un tema; es decir, los patrones musicales están allí, para ser modificados por los intérpretes.

Le dedicas tu último CD a Lima.Por cultura y tradición, Lima es la mejor ciudad de Latinoamérica. Además, su sonoridad es increíble, por eso, en el disco vamos de un extremo a otro. Nuestro objetivo, interpretar a Lima en sonidos: acompáñennos en el viaje.

AUTOFICHA

- Ciro Alegría es mi abuelo; Alonso Alegría, mi padre. Estoy casado con una peruana que es saxofonista. Vivimos en Nueva York, donde soy profesor de la NYU.

- El primer jazzista que me sorprendió fue Miles Davis: su rango era amplísimo, iba del jazz viejo al rock, y vestido como Michel Jackson.

- Me marcaron Los Hijos del Sol y la world music. Organicé, con el Icpna, el Festival Internacional de Jazz. Como gestor cultural solo trabajo en lo que me divierte.