Cuidado con Francisco. (EFE)
Cuidado con Francisco. (EFE)

El próximo 18 de enero, el papa Francisco llegará al Perú y este evento marcará la primera visita de un Sumo Pontífice a nuestro país en más de 30 años.

Si bien este Papa destaca por ser un líder carismático, sencillo, espiritual y muy cercano a la gente, también resalta por su activa participación en el debate político. De hecho, Francisco –según sus propias palabras– considera que “la Iglesia debe meterse en la gran política”.

Ante ello, y en un contexto político como el nuestro, es de suma importancia anticipar y sentar una posición sobre lo que podemos esperar de una muy probable participación política del Sumo Pontífice.

Según el filósofo chileno Axel Kaiser, no ha habido Papa que haya criticado más al libre mercado (con opiniones sin evidencia suficiente) que el carismático Francisco. Uno de sus tantos comentarios a modo de ejemplo: “Hoy día, Latinoamérica está sufriendo un fuerte embate de liberalismo económico (…) digo que esta economía mata de hambre, mata de falta de cultura”.

Sus cuestionables comentarios en materia económica no son la única forma en la que el Papa argentino participa políticamente. También suele hacerlo como “mediador” en diversos conflictos políticos.

Así, en octubre de 2016, el papa Francisco fungió como mediador entre la dictadura venezolana y la oposición. El resultado fue desastroso. Su participación –de alguna forma– impidió que el referéndum revocatorio se lleve a cabo, lo que afianzó la dictadura de Maduro. Hoy Venezuela no tiene alimentos suficientes, ostenta la tasa de homicidios más alta de Sudamérica y en 2017 tuvo una inflación de 2,616%.

Su percepción sobre la economía de libre mercado y las causas en las que supuestamente “media” es una señal, cuando menos, preocupante.

Por ello, con todo el respeto que se merece Su Santidad, si no va a sumar, evite restar.

No necesitamos más ruido político.