Cuidado con ese juego

La pregunta de cajón es ¿por qué el fujimorismo y el aprismo tienen tanto interés en mantener a una persona tan cuestionada como Chávarry en la Fiscalía Suprema? Definitivamente tendría que ser una razón poderosa porque –hasta para ellos– el costo del blindaje político es bastante alto. Han preferido sumergirse en la hoguera de la opinión pública antes que dejar caer al fiscal.

Además, el alegato de defensa de Chávarry fue una franelaza al aprismo y fujimorismo, evidenciando un hermanamiento y demostrando nuevamente lo que varios hemos venido anotando desde meses atrás: el rol del fiscal Chávarry ha sido bastante más político que judicial.

Por cierto, esta fue la segunda vez en dos meses que el Congreso decide archivar una acusación constitucional contra Chávarry. La anterior fue en abril: en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, fujimorismo y aprismo, al igual que ahora, archivaron la denuncia por la presunta violación de las oficinas lacradas de la Fiscalía de la Nación.

Pero esto no es una anécdota más del circo legislativo. El asunto es que ningún caso vinculado a Pedro Chávarry puede ser revisado por las autoridades judiciales sin previo antejuicio político en el Congreso.

Esta situación, lo saben bien los congresistas involucrados, incrementa el rechazo de la gente al Congreso, agitando más las voces de quienes piden cerrarlo. Con ello, radicalizan posiciones. La apuesta, me parece, fue empujar al presidente Vizcarra a una cuestión de confianza que podría derivar en el cierre anunciado, lo que, sin gran apoyo popular ni partido, lo pondría en una situación impredecible y bastante delicada. Los congresistas expectorados, por su lado, apostarían por la victimización para salir de los apuros en los que están hundidos. Bastante cuidado con ese juego.