La Onpe está en la ojo de la polémica tras denuncias de presuntas irregularidades. (Perú21)
La Onpe está en la ojo de la polémica tras denuncias de presuntas irregularidades. (Perú21)

La presión ciudadana a favor de una cuestión de confianza y que Vizcarra se haya mostrado dispuesto a plantearla parecen haber logrado inclinar el fiel de la balanza. Aunque Salaverry y compañía siguen relegando la urgente reforma política, al menos ya están hablando de la reforma del sistema de justicia.

Pero no es que el fujimorismo haya tomado la decisión de hacerla fácil. Su reacción es más defensiva que propositiva y tan dispuestos a perder control y poder no están. Por eso, cuidado con el contrabando legislativo que termine boicoteando todo.

Según el predictamen que está circulando para reconstituir el CNM, el jefe de la ONPE y Reniec, hasta le fecha elegidos por el CNM, pasarían a ser elegidos por el Congreso a partir de una terna que propondría el Ejecutivo.

Es decir, el Congreso elegiría a quien determina el padrón de electores, organiza las elecciones, cuenta los votos y fiscaliza los balances económicos de los partidos. ¿Alguna otra medida podría ser más dañina para la confianza que se supone debemos tener en los proceso electorales?

Puede que en abstracto la idea suene democrática, pero si esa propuesta progresa, sería el fujimorismo quien controle a la ONPE y el Reniec para las elecciones de 2021. Y en el futuro, si un gobierno tiene mayoría legislativa, será el gobierno quien tenga control de ambas entidades. Eso es peligrosísimo. Los organismos electorales no solo deben ser autónomos e imparciales, sino que no debe haber duda de que lo son, por lo que la elección de sus jefes debería ser siempre sin la participación del Ejecutivo y Legislativo.

Ese predictamen es receta segura para boicotear todo intento reformista. Además, sin reforma política y con el fujimorismo controlando a las autoridades electorales, sería como regresar a finales de los noventas.

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