El presidente Martín Vizcarra respaldó al presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó.  (Foto: Presidencia)
El presidente Martín Vizcarra respaldó al presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó.  (Foto: Presidencia)

El gesto político del presidente Vizcarra es película repetida. Perdió frescura y por eso este nuevo enfrentamiento con el Congreso no provocará que la “sangre llegue al río”. El jefe de Estado le exige al Legislativo, en su propia cancha, que “no haga trampa” con los proyectos de reforma política. Los congresistas, con reflejo hepático, le dicen “pregolpista”.

El Gobierno, que tiene a su favor que la ciudadanía detesta cada vez más a los congresistas, apela a una nueva confrontación para salir de la desidia y el entrampamiento, pero la pregunta es: ¿avanzamos, Martín?, ¿ir al Congreso escoltado por su premier y su ministro de Justicia a quejarse amargamente porque archivaron el proyecto sobre inmunidad tendrá el impacto que busca el jefe de Estado?, ¿hacer una cuestión de confianza para un eventual cierre del Congreso es una posibilidad real o están solo enseñando los dientes para la platea? La inmunidad parlamentaria irrita a la población. Razones para estar molestos sobran. Pero darle la prerrogativa al Poder Judicial no soluciona el problema.

Las modificaciones constitucionales que se deben proyectar al futuro no pueden ser inmediatistas. Estos congresistas que hoy son odiados no estarán en el siguiente Legislativo. Sin embargo, no sabemos quiénes permanecerán o serán cambiados en el otro poder.

Debemos cambiar el sistema de elección, fortalecer los partidos, transparentar el financiamiento, pero no se puede hacer si se altera el orden democrático. El Gobierno tiene todo el derecho a protestar, pero no solo debe buscar el “efecto”, sino el consenso para que permanezca en el tiempo. Los ministros deben concurrir al Congreso, ganar con argumentos. No pueden renunciar a dialogar. El Parlamento, por su parte, que deje de sobredimensionarse. Aterricen. Hagan un esfuerzo por elevar el nivel de la discusión nacional y dejen de atrincherarse.