¿Un heladero de D’onofrio vestido de sol amarillo, vendiendo helados en el mar sobre una tabla de surf? Sí, aunque usted no lo crea.
La semana pasada se viralizaron fotos y videos de un heladero que se dio cuenta de que en el mar de Agua Dulce, Regatas, y demás, flotaban potenciales clientes en distintas embarcaciones (yates, lanchas, botes de pescadores, kayaks, paddles, y hasta nadadores) que podrían convertirse en compradores si es que él se acercaba, si es que él salía al encuentro.
Pues vaya que lo hizo. Se tomó más en serio el eslogan de la marca, “Cerca de ti”, que nadie. Este peruano, literalmente, se acercaba hasta ti en el medio del mar para ofrecerte un helado llevando solo un remo, su caja amarilla y su QR de Yape en el pecho. La gente, fascinada por la creatividad del señor y por la calidad del producto, decidía comprarle.
El hombre contó que había vendido más helados que en ningún otro día del verano, puesto que “en el mar tenía menos competencia”, ja, ja, ja, pero, además, podía moverse libremente y con rapidez de una playa a otra cortando camino por el agua.
La resiliencia es esa capacidad no solo para sobreponernos a la adversidad, sino para mantener la ilusión de seguir proyectando el futuro.
El ser humano es un ser teleológico, que se proyecta al futuro, que busca salir adelante y que necesita encontrarle un sentido a su vida. Es tan fuerte su voluntad de sentido que el que comprende que este SIEMPRE se puede encontrar —en el servicio, en el amor, en la creatividad— encontrará la forma, a pesar de las dificultades. “Aquel que encuentra un por qué vivir, encontrará siempre la forma”.
Los peruanos somos conocidos por nuestra creatividad, nuestra servicialidad, somos recurseros, somos mil oficios. El peruano es emprendedor, creativo y resiliente.