La declaración del presidente Martín Vizcarra, de que este jueves y viernes, que corresponden a los habituales feriados de Semana Santa, serán de inmovilización total para hombres y mujeres, vino acompañada de un llamado de atención para que en los mercados, supermercados y, en general, centros de acopio de vituallas, la ciudadanía no olvide que debe observar rigurosamente la distancia social prescrita, pues si no, estará ayudando a propagar el virus.

Justamente, el domingo, Perú21 publicó un informe sobre cómo estaban funcionando los mercados y mercadillos limeños más populosos, y pudimos comprobar que muy pocas personas, que se habían acercado a proveerse de alimentos y demás, respetaban la separación corporal prescrita. Y ocurría más bien todo lo contrario, ya que compradoras y vendedoras –pues ese día correspondía a las mujeres la libertad de circulación pública– efectuaban sus compras y transacciones muy cerca las unas de las otras.

Estas aglomeraciones, con ciudadanas casi apretándose entre sí para llenar sus bolsas o canastas, se repetían en la mayoría de los mercados de abarrotes, ignorando el enorme riesgo –en algunos casos ante la inanidad de las fuerzas del orden– al que se exponían tanto ellas como sus familias en casa, con tan negligente proximidad.

Es necesario entonces que el Estado: gobierno central, gobiernos regionales, los municipios, e incluso la empresa privada (supermercados, mayoristas), se pongan las pilas para descentralizar la oferta de productos, a través de nuevos puntos de venta provisionales –tipo tiendas pop-up– o ferias itinerantes, como es tradición en nuestros pueblos de los Andes, utilizando parques zonales, losas deportivas y colegios organizados para operar todos los días de la semana, mientras dure la cuarentena, y con el apoyo y la supervisión de las autoridades.

Son días de emergencia nacional en los que la sociedad requiere del rigor de sus líderes e instituciones, pero también de su ingenio y sentido práctico, máxime si es la salud y la vida de los peruanos lo que está en juego.