notitle
notitle

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Juan José Garrido,La opinión del directordirector@peru21.com

Llámenme escéptico, desconfiado, malpensado, pero es demasiada coincidencia que salga la guía de aborto terapéutico justo cuando se iban a abrir los sobres de la concesión del Gasoducto del Sur, y, que justo cuando saltan las vivezas en su adjudicación, salen corriendo a encerrar a quien debería estar enjaulado hace semanas. Muchos 'justo' en un párrafo, si lo preguntan.

Por supuesto, los medios han girado por reflejo a la mediáticas detenciones. Solo para terminar con esta parodia, y ya que están tan prestos con la seguridad y el orden interno, ¿cómo vamos con la detención de Martín Belaunde Lossio, el amigo de Palacio?

Lo cierto es que, conforme uno profundiza en el entuerto del Gasoducto del Sur, queda más claro que hay mucho por explicar. Y quien aguarde que el proceso entre a una pausa por reclamos del consorcio apartado, pues que espere sentado, porque los costos son millonarios.

Dicho esto, es increíble la celeridad en la que incurrió el gobierno para sacar una obra que costará la friolera de US$7,328 millones (sin contar otras inversiones necesarias). Luego está lo de la separación del segundo postor, con lo cual se otorgó la buena pro a un único participante.

En tercer lugar, están las relaciones contractuales que miembros del comité de ProInversión mantuvieron hace poco con la empresa ganadora. Para el ministro Mayorga esto no constituye conflicto de interés alguno; bueno, ya sabemos que el ministro Mayorga cuenta con definiciones muy antojadizas del término en cuestión.

Finalmente, están los US$136 millones de más que pagaremos los peruanos por el apresuramiento. Para el ministro Mayorga, en declaraciones a RPP, esta cifra es casi ridícula si tomamos en consideración que la concesión es por más de 30 años. Interesante reflexión, aunque sea infantil: ¿qué importa si son 30 años o 100 años? ¡Lo relevante, para un país de ingresos medios y precarias instituciones, son los US$136 millones!

¿Qué debemos esperar? Si nos atenemos a nuestra historia, esta truculenta entrega quedará en el olvido. ¿Estaremos hoy más alertas?