(Foto: Pixabay)
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En este último tramo del año, Lima ha venido consumiendo alrededor de 30 millones de metros cúbicos de agua al mes, pese a que la principal represa que provee a la ciudad no ha recibido el aporte esperado de las lluvias en esta época del año, debido a la sequía que viven las zonas altoandinas de la región.

El dato es relevante pues, como informa Sedapal, no se ha logrado crear entre la ciudadanía una cultura de uso razonable de este líquido esencial para la vida humana. Un habitante de Lima desperdicia, en promedio, 200 litros diarios. Un derroche absurdo, incomprensible, para una urbe en la que casi no llueve.

La insistencia de los funcionarios se justifica ya que esa insensibilidad podría llevarnos ahorita mismo –con la estación más calurosa del año a la vuelta de la esquina– a un racionamiento que implicaría cortes durante determinadas horas o días de la semana.

Es decir, cortes forzosos en el servicio para asegurar el abastecimiento de toda la capital en los meses siguientes. A partir de mayo, como se sabe, el caudal de almacenaje en las bocatomas de La Atarjea suele descender drásticamente, pues en la sierra las lluvias van menguando hasta reducirse al mínimo.

La preocupación, como es obvio, se extiende a diversos sectores de la producción. El gremio de la pequeña y microempresa de la Cámara de Comercio de Lima, por ejemplo, ya advirtió que cualquier planteamiento de interrupciones en el suministro del recurso hídrico –como un eventual aumento de tarifas, que asoma también en el escenario– afectaría severamente a quienes desarrollan sus operaciones en Lima. Y no son los únicos. La industria hotelera y de restaurantes, la industria textil, la manufactura de prendas de vestir, los grandes procesadores de alimentos… en fin, una serie de sectores de la economía podrían pasarla muy mal si entramos en una espiral de cortes y racionamientos temporales.

En este contexto, Sedapal ha lanzado una iniciativa para que la población tome conciencia sobre el uso correcto de este recurso, campaña a la cual se suma Perú21. Seamos más responsables, entonces, cuidemos el agua nuestra de cada día.

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