Cortar por lo sano

“El modus operandi de disparar para luego preguntar ha dejado en nuestro país heridas abiertas y cicatrices irrecuperables”.
El denominado Escuadrón de la Muerte es investigado por nuevo ejecuciones extrajudiciales a nivel nacional.

La existencia de un Escuadrón de la Muerte conformado por malos elementos policiales que, durante el gobierno de Ollanta Humala, habrían utilizado el asesinato de delincuentes de poca monta para capitalizar réditos políticos suena espeluznante. La idea de crear, así, en la ciudadanía una percepción de coraje y eficiencia de parte del Gobierno fue ruin y criminal.

En una república en la que el imperio de la ley es el canon en el que la acción de las fuerzas estatales debe encauzarse, la eliminación de delincuentes –sea cual sea el crimen que pudieran haber cometido– es un retroceso infame a los tiempos más oscuros de nuestra historia reciente.

Basta con recordar las atrocidades perpetradas por el Grupo Colina o las que se le imputan al ‘Capitán Carlos’ para saber que la idea de que hay vidas que no valen está instalada en la estructura moral de los peores funcionarios.El modus operandi de disparar para luego preguntar ha dejado en nuestro país heridas abiertas y cicatrices irrecuperables. A pesar de esto, la situación que hoy empezamos a conocer es todavía peor. Decimos esto porque la Policía está entrenada y formada para proteger a civiles de civiles y debe hacerlo con respeto al debido proceso y al derecho a la defensa. No hacerlo es atentar contra los cimientos de nuestro sistema de derecho y contra nuestro propio futuro.

Quienes hayan sido autores –materiales y mediatos– de estos crímenes deben ser sancionados con todo el peso de la ley. Y quienes con su silencio hayan permitido acciones de esta naturaleza deben seguir el mismo camino. En Perú21 consideramos que el primer paso que debe darse para recuperar la alicaída relación de confianza entre los peruanos y sus fuerzas armadas pasa por extirpar sin temblores a cualquiera que considere que puede violar los derechos humanos.

En este diario conocemos las historias de miles de policías corajudos que llegan, incluso, a entregar sus vidas para que nosotros podamos continuar con las nuestras. Por ellos, por nosotros y por el futuro de nuestro país, el Ministerio del Interior debe cortar por lo sano y tomar todas las medidas para evitar que se repita la historia del Escuadrón de la Muerte.

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