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Coronavirus y la economía peruana
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Asistimos a un período excepcional. Siempre la salud estará primero y de eso no hay dudas. Esto no quita que pensemos en los efectos sobre la economía, pues de ella obtenemos nuestros ingresos.
El coronavirus afecta a través de cuatro canales. Primero, el turismo, y de este sector dependen los ingresos de hoteles, taxistas, restaurantes, guías de turismo, aerolíneas, etc. Segundo, la frenada de la economía mundial disminuye. Por un lado el precio de lo que le vendemos al mundo (exportaciones, como cobre y cacao) y, por otro, los menores ingresos de los ciudadanos del resto del mundo tienen como resultado menores compras de bienes, muchos de ellos producidos en el Perú, sean o no materias primas. Tercero, incertidumbre financiera; como las empresas casi no están produciendo, los inversionistas venden sus acciones y ello provoca el desplome de las bolsas. Ese dinero se orienta a la compra de dólares u oro, entre otros activos refugio, aumentando sus precios. Cuarto, las expectativas. Los ciudadanos piensan que habrá desabastecimiento, algo que no tiene ningún sustento y entran en pánico. Con esta actitud solo provocan que los precios suban. No hay problemas de abastecimiento. Además, en el Perú, el 72% de los trabajadores son informales y la mayoría de ellos vive al día. Aquí hay otro efecto con un enorme costo social.
Situaciones excepcionales obligan a medidas excepcionales. La Reserva Federal ya redujo su tasa de referencia a cero; la última vez que tomó esta medida fue en 2008, como consecuencia de la crisis financiera que explotó en setiembre de ese año. También está inyectando liquidez.
La analogía sirve para dimensionar la magnitud de los impactos económicos que se esperan.
La economía peruana tiene fundamentos económicos sólidos: estabilidad monetaria, déficit fiscal en disminución y deuda pública baja. El gobierno necesita implementar un programa de estímulo económico; podemos hacerlo, pues la deuda pública es baja y la situación es de emergencia.
No es posible saber a cuánto ascenderá el crecimiento económico para este año, pero será bastante menor que lo proyectado hace solo un mes. No sabemos cuándo terminará la pandemia, aunque en Wuhan, punto de inicio, ya se le dio el alta al último paciente. Corea es otro ejemplo. La disciplina asiática sirvió pues cuando su jefe de estado anunció un aislamiento voluntario, los ciudadanos respetaron.
Un último punto. La cuarentena genera que pronto se nos agoten las opciones de qué hacer en casa.
Aprovechemos para imaginar e inventar actividades distintas. Eso es innovar y si lo vemos de este modo, es la fuente del crecimiento económico.
Tenemos fortalezas macroeconómicas pero malestar microeconómico; viene de antes esto último, pero ahora se profundiza. La economía nos enseña a balancear costos y beneficios de cualquier decisión. Esto significa que no existe medida sin costos. La pregunta es quién los asume.
Vamos a ganar esta batalla, no tengo ninguna duda. Distanciamiento social es lo único que garantiza evitar la propagación del virus. Ojalá la solidaridad aparezca.
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