Las valorizaciones de los fondos que manejan las AFP han caído en las últimas semanas por la crisis e incertidumbre a nivel mundial. Los fondos previsionales están invertidos en activos financieros compuestos principalmente por bonos del Estado, bonos corporativos y financieros, acciones y fondos de infraestructura y de bienes raíces, entre otros. Todos han perdido valor y algunos tienen castigos mayores al 30%.

Hay personas, incluyendo a congresistas, que buscan permitir que los afiliados retiren parte o el total de los fondos para paliar la caída de ingresos por la paralización económica resultante de la cuarentena. Pésima idea.

Si uno está cerca de la jubilación, debería posponerla, y si no, mejor sería adquirir un retiro programado en la AFP, lo que permitiría que si los mercados se recuperan, como va a ocurrir una vez que se supere el problema del virus, los precios de los activos y los valores de los fondos aumenten, como ha ocurrido en crisis anteriores.

Por otro lado, si el gobierno cede y permite el retiro de los fondos, impactará aún más en los mercados financieros locales ya que las AFP tendrían que salir a vender sus inversiones para obtener la liquidez necesaria para devolver los fondos, lo que haría caer más los precios de las inversiones y el valor de los fondos que se desea retirar. Esto tendría un efecto muy nocivo en la economía porque conllevaría un incremento en las tasas de interés.

Lo peor que puede hacer un inversionista de largo plazo es vender en una crisis, cuando los precios están abajo, porque realizaría la pérdida que de otra manera solo sería una pérdida contable. La ministra Alva varias veces ha respondido correctamente que sería un error liberar los fondos. Esperemos que no sucumba a los llamados populistas. Se requiere medidas para continuar apoyando a las familias, pero esta no es una buena forma de hacerlo.

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