"El impuesto a la riqueza no es necesario, debido a que el Estado cuenta con recursos para hacerle frente a la actual crisis".
"El impuesto a la riqueza no es necesario, debido a que el Estado cuenta con recursos para hacerle frente a la actual crisis".

La semana pasada, el Poder Ejecutivo informó que pretende crear un impuesto a la riqueza, argumentando que es momento de que los que ganan más sean “solidarios”, para así poder mitigar los efectos de la crisis del coronavirus.

Esta medida populista, disfrazada con buenas intenciones, no solo es innecesaria, sino que demuestra el oportunismo político de quienes ocupan hoy Palacio de Gobierno. Veamos.

En primer lugar, el impuesto a la riqueza no es necesario, debido a que el Estado cuenta con recursos para hacerle frente a la actual crisis. Por un lado, tenemos el Fondo de Estabilización Fiscal, el cual asciende a US$5,472 millones y fue creado para épocas de emergencia (y nos encontramos en una).

Por otro lado, el Perú tiene una posición privilegiada para acceder a financiamiento internacional, en un contexto en el que el crédito en los mercados es extremadamente barato.

En segundo lugar, el oportunismo político de Martín Vizcarra y compañía se hace evidente cuando señalan que es importante que el reducido grupo de contribuyentes que pertenece al sector formal –aproximadamente el 30%– haga un sacrificio en pleno contexto de crisis económica y financie la “solidaridad” del Poder Ejecutivo. ¡En una situación en la que el Estado “NO” necesita de esos recursos!

Pareciera que el actual gobierno está empecinado en pulverizar la confianza que tanto le costó al Perú construir a nivel local e internacional, lo que sin duda pasará factura cuando la economía se tenga que recuperar.

Si bien la “justicia social” deja réditos políticos, suele pavimentar el camino que lleva a la destrucción de la prosperidad dentro de las sociedades.