(Foto: AFP)
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El virus apareció en China y durante semanas miles lo propagaron sin control antes de identificarlo y saber testearlo.

Estudios recientes en todo un pueblo de Heinsberg, la denominada Wuhan alemana -donde los contagios están frenándose-, muestran que el 15% de la población está infectada. Buena parte son asintomáticos o con síntomas leves y ahora están inmunizados. Solo el 2% está actualmente infectado.

Sin perjuicio del enorme dolor que causa, la tasa de mortalidad allí medida es 0.37%, bastante menor que la que registran los limitados testeos globales. El Dr. Fauci, quien lidera el esfuerzo epidemiológico en EE.UU., ha bajado substancialmente su estimado de letalidad de 100,000-200,000 a 60,000 en ese país.

La presunción general en la comunidad científica es que el porcentaje de infectados es muchísimo mayor que el diagnosticado y el de fatalidades igualmente menor. La inmunidad del rebaño, fenómeno epidemiológico que detiene la epidemia cuando la mayoría de la población se contaminó y crea sus propios anticuerpos, parece estar en marcha avanzada.

Cada día más y mejor data nos ayuda a dimensionar el problema y atisbar la solución. Debemos mantener el distanciamiento social con rigor.

Soy optimista.