Mano fuerte y dura. (Facebook)
Mano fuerte y dura. (Facebook)

Las escenas del capitán EP Christian Cueva Calle abofeteando a un menor que, en la ciudad de Sullana, Piura, había desacatado el toque de queda ordenado por el gobierno para contener la pandemia de COVID-19 recorrieron las redes sociales generando irreflexivos y automáticos comentarios de repudio. El Ministerio de Defensa, a través de un comunicado del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, procedió de inmediato a separar al oficial del servicio y dispuso “las medidas administrativas y legales que correspondan para este tipo de actos, que no forman parte del protocolo de intervención de las Fuerzas Armadas”.

Sin embargo, si bien es saludable que el alto mando de nuestras Fuerzas Armadas se mantenga vigilante con los excesos que pudieran cometer sus efectivos durante las horas de circulación restringida, también debería considerar que la persona intervenida había violado las restricciones impuestas y habría estado provocando o burlándose de los uniformados cuando estos lo detuvieron.

El propio alcalde de Piura, Juan José Díaz Dios, en solidaridad con el oficial sancionado, publicó un mensaje pidiendo “en nombre de mis vecinos de Piura que el Comando de nuestro Ejército reponga al capitán Christian Cueva. No podemos permitir que se les quite autoridad a nuestras Fuerzas Armadas… como alcalde de Piura (exijo) mano dura contra los desadaptados”. No le falta razón al burgomaestre, pues el incidente tuvo lugar en una de las zonas más problemáticas de Sullana, donde el sicariato y la violencia pandillera son pan de cada día. Y todo indica que el capitán Cueva sabía perfectamente con quién estaba tratando.

Conviene recordar que el toque de queda es una de las medidas de emergencia ante una amenaza global que se cierne sobre el pueblo peruano y debe ser cumplida escrupulosamente. Las FF.AA. han salido a las calles justamente para asegurar el respeto a las disposiciones vigentes y, desde luego, para evitar también que se cometan delitos a la sombra de estas horas.

El incidente, pues, debe ser investigado a fondo por el Comando Conjunto antes de tomar medidas apresuradas que solo debilitarán la moral de su tropa.