El diablo está en los detalles

El domingo se promulgó el DS que permite la reanudación ordenada de las actividades económicas en fases. Es la decisión correcta que muchos analistas pedían desde hace tiempo. El bajo número de empleados contagiados en los bancos, supermercados y farmacias demuestra que empresas formales con buenos protocolos tienen la capacidad de operar con bajo riesgo.

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El DS incluye un anexo con las actividades permitidas, todavía bastante limitadas, como corresponde. Sin embargo, se ha establecido un esquema burocrático para las autorizaciones que garantizan un proceso largo y tortuoso. ¿No se puede confiar en los privados? Esta reanudación puede tomar mucho tiempo innecesariamente, magnificando el daño sobre nuestra maltrecha economía. Debemos evitar que esto siga el camino de Reactiva Perú, que tomó más de un mes en desembolsar el primer crédito luego de haber sido anunciado.

Una reanudación de actividades exitosa requiere trabajar cuidadosamente el tema del transporte de personas. Se tiene que evitar a toda costa que este mayor flujo de personas se termine contagiando en el trayecto entre su empleo y su vivienda. Habría que poner más dedicación a ese aspecto que a estar revisando los planes y protocolos de las empresas y otorgando permisos. Los empresarios son los primeros interesados en que no haya contagiados en sus locales. Los objetivos están alineados, por lo que habría bastado con exigirles que se comprometan a respetar los protocolos sectoriales que se aprueben y establecer fuertes penalidades si incumplen.

Por último, como país debemos de ver la forma de conseguir un mayor número de pruebas moleculares, lo que permitiría identificar mejor a los contagiados y aislarlos. Eso es indispensable para una reapertura exitosa.

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