(Foto: Alessandro Currarino/GEC)
(Foto: Alessandro Currarino/GEC)

A estas alturas de la pandemia, día 26 del estado de emergencia, no se necesita ser muy zahorí para notar que hay disposiciones oficiales que no están calando tanto como otras, ni en la población ni en la lucha por contener al patógeno. La curva se achata, sí, pero el país está lejos todavía de poder relajarse y pensar en un retorno a sus rutinas familiares y laborales.

Aparte de las estrategias sanitarias, para cuando se haya superado la cuarentena, el Gobierno deberá transmitir la confianza que emana no solo de los resultados estadísticos que se muestran en los mensajes presidenciales, sino, asimismo, de la visibilidad, la comunicación y los efectos inmediatos de acciones prácticas que ayuden a paliar la crisis y la ansiedad que vivimos. Es decir, mejor discurso y más gestión con logros concretos.

Sin ir muy lejos, fuera de la habilitación de áreas hospitalarias que ya conocemos y el centro de aislamiento en la Villa Panamericana –hasta ahora se atiende allí a un centenar de contagiados–, no hay noticias de nuevos trabajos de ampliación importante de áreas de atención médica en hospitales del Estado. La idea de poner a la gente en sus casas es ganar tiempo también para poder habilitar esos espacios que cada día que pasa se van haciendo más urgentes.

Por otro lado, Farid Matuk, economista, miembro del Comando COVID-19, ha reconocido el gran error de autorizar días de salida por sexo –algo que desde el primer momento ha venido preocupando a Perú21 por las aglomeraciones a las que condujo– y que se enmendará, ha dicho, en el camino con la participación de especialistas y científicos sociales. La propia Pilar Mazzetti, jefa de ese mismo comando, al expresar su consternación por la falta de sistemas refrigerados para almacenar cadáveres, pues las empresas de cremación ya no se dan abasto, fue cruda y contundente: “Esto es una guerra. Recuerden, nosotros somos como el enemigo y a la vez soldados, así que aquí nos comemos nuestras diferencias y actuamos. Si alguien no actúa, vamos a tener que proceder como en toda guerra, porque no actuar es traición a la patria”.

Pero el Gobierno es el primero que debe dar el ejemplo, pues la estrategia sanitaria y de comunicación aún evidencian zonas grises que deben ser aclaradas o corregidas sobre la marcha.