(Foto: GEC)
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Son tiempos de cambios y de adaptación a un nuevo contexto y ello nos debe reconducir a centrar todos nuestros esfuerzos en lo más importante: nuestros estudiantes. Esta es la tarea para todos los actores involucrados en el reto de garantizar los aprendizajes en un contexto particularmente difícil.

Es probable que este año no regresemos a las aulas, pero sí lo haremos el próximo, ya sea de forma presencial o alternando días en el colegio y otros en casa, por lo que debemos empezar a planificar el 2021 para recuperar todo el terreno perdido, producto de esta crisis. Tenemos nueve meses antes del inicio del año escolar para realizar todas las tareas en infraestructura, protocolos sanitarios y deberíamos aprovechar esta coyuntura para diseñar e implementar nuevas metodologías y procesos de aprendizaje que estén en sintonía con los cambios que estamos viviendo.

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Debemos garantizar para 2021 que nuestros estudiantes accedan a una educación presencial o semipresencial de calidad que se centre en objetivos de aprendizaje priorizados y brinde el necesario soporte emocional. La capacitación docente para este nuevo escenario será pieza fundamental para asegurar el éxito del próximo año escolar. Conociendo el déficit de la infraestructura educativa en el país, debemos trabajar intensamente para garantizar las condiciones necesarias de salubridad y seguridad de cada una de nuestras escuelas.

Este reto es para todos: autoridades del sector, docentes, escuelas públicas y privadas y, por supuesto, para las familias. Trabajemos para que 2021 sea un año de transformación y cierre de brechas en todos los niveles y siempre pensemos en lo más importante: nuestros alumnos

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