El estornudo chino

El reciente reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) no se anda con chiquitas. Allí se advierte que la economía global afronta la amenaza más grave desde la crisis financiera de 2008 y hace un llamado a los gobiernos del planeta para que actúen de inmediato con medidas para contener la propagación del coronavirus (COVID-19).

La OCDE, un organismo de cooperación internacional que agrupa a las economías más desarrolladas del mundo, señala que el impacto de este virus será mucho mayor que el de los brotes previos pues “la economía global se ha vuelto considerablemente más interconectada, y China (donde se ha puesto en cuarentena a más de 50 millones de personas) juega un papel mucho mayor en la producción global, el turismo, el comercio y los mercados de materias primas”.

Se estima que el gigante asiático, que el año pasado creció un 6.1%, no alcance ni siquiera el 5% de crecimiento en 2020, con lo cual el famoso estornudo chino puede convertirse en letal pulmonía apenas lleguen sus efectos a economías menos sólidas. Sin ir muy lejos, aquí en el Perú, en momentos en que todavía no se ha confirmado caso alguno de coronavirus, el dólar ya dio un respingo nada desdeñable.

Los cálculos para este 2020 que apenas ha empezado apuntan a que el crecimiento económico mundial bajará a 2.4% para todo el año, en comparación con el ya débil 2.9 % que se obtuvo en 2019. La cifra podría llegar al 1.5% inclusive, si aumentara la tasa de contagio y expansión en la región Asia-Pacífico y los países avanzados. Habrá que prepararse pues para tiempos duros e inciertos, que será un año que se hará largo.

En otra oportunidad hemos mencionado la necesidad de sumar masivas campañas de prevención a las medidas sanitarias, pero, asimismo, el gobierno peruano debe ponerse las pilas para que nuestra economía pueda defenderse de esta otra faceta de la pandemia. Porque hasta ahora es poco o nada lo que se ha sabido respecto a las previsiones que, suponemos, se están tomando para cuando los efectos huracanados del estornudo del gigante arriben a estas costas.