El proyecto Tía María ha originado varias protestas en Arequipa. (Foto: GEC)
El proyecto Tía María ha originado varias protestas en Arequipa. (Foto: GEC)

En octubre de 2014 estábamos manejando a la altura de El Alto, entre Piura y Tumbes, cuando un patrullero nos paró para ver si podíamos jalar a un oficial a la comisaría de Órganos. “Claro, que suba”. Era bastante joven y en el camino nos contó que en sus días de franco trabaja para distintas empresas porque necesitaba ayudar a su mamá. Nos dijo que el dinero que ganaba del Estado no era suficiente y que “con lo que hago en 14 noches, duplico mi sueldo de policía”.

- ¿Y dónde más has estado?

- En Cajamarca... ahí te llevan porque es mejor que contratar policía de la zona porque nadie te conoce y tú tampoco conoces a nadie, entonces no te pueden decir nada.

- ¿Quién te lleva?

- La mina. También nos han llevado de servicio.

- ¿Y adónde te han llevado?

- El sitio más bravo donde estuvimos fue Celendín. Ahí tuvimos que dormir en la comisaría. Quince días estuve en Celendín. Nos gritaban: “Tú eres policía, tú tienes que estar con el pueblo”. Daba miedo salir. No queríamos salir.

- ¿Feo?

- Sí, feo, claro. Tiraban piedras, nos insultaban. Pero un día les matamos a uno para que estén más tranquilos, pues.

Me acuerdo de esta conversación surrealista mientras leo que Southern ya tiene luz verde para iniciar Tía María, pero que la oposición al proyecto sigue, a pesar de que las observaciones al EIA se supone que ya fueron levantadas. Southern afirma que el proyecto solo se iniciará cuando se generen espacios de diálogo. ¿Qué significa esto en concreto? Mientras tanto, 600 policías van camino al valle de Tambo y dirigentes han convocado a un paro en todo el sur.

Este se asoma como el momento más difícil del gobierno de Vizcarra pues la forma en que se resuelva este conflicto marcará un antes y un después en su paso por Palacio. 

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