La presentación del presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, en el Congreso expresa claramente por qué el día de ayer los transportistas formales pararon al 100% sus actividades en Lima, la región con mayor número de extorsiones, asesinatos, asaltos, arrebatos y similares.
Y es que el premier no llevó absolutamente nada nuevo, ninguna propuesta seria para contener la ola de inseguridad ciudadana que azota la capital y otras regiones del Perú. Por el contrario, como si viviera en un país diferente al que sufrimos los peruanos, dijo que lo que ha venido haciendo el Gobierno al respecto está bien.
“No podemos admitir que las medidas que adoptamos con anterioridad para la lucha contra el crimen organizado y la delincuencia urbana hayan fracasado… su éxito se observa progresivamente”, sostuvo, sin que se le moviera un solo músculo facial. Y a continuación se echó una andanada de cifras de operativos policiales, elaboradas en el ya folclórico ‘Cuarto de Guerra’, que significan poco y nada para el sosiego ciudadano.
No le faltaba razón al congresista Roberto Chiabra, cuando le espetó que ya no estábamos en la etapa de deliberar en un “cuarto de guerra”, sino en la de ir directamente a la sala de operaciones, debido a la necesidad urgente de tomar medidas inmediatas.
Es que es en verdad alarmante la pasividad que muestra el Ejecutivo en cuanto a estrategia e inteligencia policial para enfrentar la violenta realidad que viven los peruanos. Todo indica que nada los sacará del piloto automático con que pretenden manejar la terrible situación a la que ha llegado la criminalidad. Ningún indicio de giro en las políticas de seguridad o algún remoto replanteamiento que genere confianza en una población que se siente cada día más desamparada ante el avance de la delincuencia.
Y añadiendo insulto a la injuria, como reza el dicho, la presidenta de la República no tuvo mejor idea que salir ayer a convertirse en un meme viviente, al proclamar, respondiendo a la justa protesta de los transportistas, que: “En dos años y meses de gobierno no vamos a poder solucionar lo que no se ha solucionado en más de 20, 30, 40 años. No es responsabilidad de la presidenta Boluarte…”. O sea, quien conduce los destinos de la nación y tiene el mandato de proteger la vida y la libre circulación de sus ciudadanos, no es responsable de nada de lo que hoy ocurre en el país.
Si estuviéramos en una tira cómica del gran Condorito, solo cabría decir: ¡Plop!
