[Opinión] Richard Arce: La mejor arma de impunidad de Pedro Castillo.
[Opinión] Richard Arce: La mejor arma de impunidad de Pedro Castillo.

En circunstancias normales, el Congreso ya habría actuado para remover al presidente Castillo ante las primeras evidencias de corrupción en plena de gestión de gobierno, pero no; se ha llegado al extremo de que, ante tanta evidencia, sea la anomia del Legislativo la mejor arma de impunidad que tiene ahora el presidente.

Parecería que no se dan cuenta de la degradación institucional y hasta moral que está viviendo el Perú, porque tenemos un Congreso cómplice, silente y que juega en pared con toda la ignominia que se comete desde Palacio.

No solo es el hecho de que existan congresistas llamados “niños” y “niñas”; es la complacencia de la mayoría de los parlamentarios que ponen en preminencia sus curules antes que el interés del país para confrontar la corrupción.

El juego es perverso, puesto que los congresistas saben que la única salida de esta crisis es que ellos también se vayan; pasa por el escenario de la disolución para el adelanto de las elecciones.

Se ha llegado a un punto de no retorno, en vista de que ya es insostenible la continuidad de Castillo en el gobierno. En consecuencia, con todo el desprestigio que tiene el Congreso, son ellos los únicos que pueden darle una salida constitucional.

Para profundizar la crisis, en el Ejecutivo siguen al mismo ritmo de los congresistas, porque los ministros también saben que su situación legal es comprometida, con el agravante de las implicancias del artículo 128 de la Constitución.

Ellos son individualmente responsables por los actos presidenciales, incluidos los actos delictivos y contra la Constitución; debieron de haber ya renunciado, después de las evidencias que ha presentado la fiscal de la Nación, pero se aferran al fajín.

Entonces, son inexorables los problemas legales que tendrán que afrontar estas autoridades; no hay un poco de racionalidad para actuar y permitir una salida política a la crisis. La agonía de las interpretaciones jurídicas ahondará la polarización y las consecuencias podrían ser nefastas.