El bello y las bestias.  (Foto: GEC)
El bello y las bestias. (Foto: GEC)

Luego de disuelto el Congreso de la República a través de mecanismos constitucionales, tenemos el siguiente panorama:

1. Todo sigue funcionando normalmente, las instituciones públicas y privadas continúan con sus labores sin sobresaltos.

2. No hay actos de violencia, tampoco ninguna acción de defensa de los excongresistas; por el contrario, en las calles los repudian.

3. El Jurado Nacional de Elecciones ya convocó a elecciones congresales para el 26 de enero de 2020.

4. La OEA no ha calificado como golpe la disolución del Congreso y más bien ha considerado positivo que se haya convocado a elecciones congresales para que sea la población la que decida.

5. Los precios en los mercados no han subido.

Sin embargo, un grupo de integrantes del disuelto Parlamento viven en un planeta paralelo, siguen necios, haciendo el ridículo, como niños con rabieta, atrincherados en una Comisión Permanente que no tiene funciones legislativas ni de fiscalización, es decir es “una boca sin dientes”.

Pero no todo fue malo, se ha destacado la actuación del ex primer ministro Salvador del Solar, quien con energía, valor y conocimiento enfrentó la barbarie del fujimorismo que lo maltrató salvajemente. Le cerraron la puerta, le gritaban y salpicaban sus salivas como bestias, pero Salvador tuvo todo bajo control, con calidad de estadista hizo cuestión de confianza y cuadró directamente al presidente del Congreso que según él le dio la palabra como cortesía; no perdamos de vista a esta figura que junto con otros son el recambio que puede salvar la política.

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