CRUELDAD. La Policía sospechaba de Marco Arenas. Él recién se había enterado de que era adoptado. (Roberto Bernal/USI)
CRUELDAD. La Policía sospechaba de Marco Arenas. Él recién se había enterado de que era adoptado. (Roberto Bernal/USI)

Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

No quería escuchar más sus gritos y decidió callarla para siempre. Marco Arenas Castillo (22) admitió que golpeó y estranguló a su madre, María Castillo Gonzales (56), porque esta lo acusó de robar una fuerte suma de dinero y joyas. Luego quemó los restos con la ayuda de su enamorada.

Arenas Castillo –quien no sería hijo biológico de la empresaria– confesó el crimen la noche del domingo, después de que se entregara a la Policía y de conocer que su pareja, Fernanda Lora Paz (18), lo había acusado en la Dirincri.

Esta última les manifestó a los agentes a cargo del caso que no hizo la denuncia con anterioridad pues había sido amenazada de muerte.

FUERTE DISCUSIÓNEl 5 de noviembre, Arenas Castillo discutió fuertemente con sus padres, María Castillo y Walter Arenas Navarro (58), por la reiterativa sustracción de dinero en efectivo y de alhajas, afirmó el general César Cortijo, jefe de la Dirincri.

El joven salió del lugar y se dirigió a la Universidad San Ignacio de Loyola para recoger a su pareja. Luego retornaron a la casa de su familia, en la manzana 3L, lote 21-A de la urbanización El Sol, en La Molina.

Según Cortijo, Fernanda Lora esperaba en la habitación de su enamorado cuando escuchó unos gritos que provenían del cuarto contiguo. Al ingresar a dicho ambiente, halló a Marco Arenas sujetando la cabeza de su progenitora, quien había muerto estrangulada.

Ambos envolvieron el cadáver en bolsas y polos del agresor. Después lo colocaron en la camioneta roja de la occisa (de placa ROR-013). Antes de que la tragedia ocurriera, la empleada del hogar G.J.G. (16) fue enviada a comprar para que no presenciara el traslado.

Incluso no la dejaron entrar a la habitación de la dueña de casa para limpiarla.

Los jóvenes se dirigieron a Manchay. En el trayecto, Arenas Castillo compró petróleo en un grifo Primax de La Molina, con el que rociaron el cuerpo de la mujer para carbonizarlo. A la 1:00 a.m. del miércoles 6 de noviembre, el muchacho abandonó la camioneta en la cuadra 1 del jirón Pedro de Candia, en Surco, donde fue descubierta días después. Esto fue observado por un vigilante, quien se convirtió en testigo clave.

Por la mañana, el muchacho retornó a su hogar, donde se encontró con su padre, quien le preguntó por el paradero de María Castillo.

El asesino le dijo a su progenitor que la víctima había recibido la llamada de unos clientes interesados por un departamento. Es por esta razón que, inicialmente, se pensó que había sido secuestrada.

También fue determinante conocer que, una semana antes del asesinato, el homicida supo que no era hijo biológico de María Castillo Gonzales.

INMUTABLELa noche de ayer, la Dirincri presentó a Marco Arenas, quien se mostró imperturbable. En cambio, Fernanda Lora –quien estudia la carrera de Psicología– no soportó la presión y rompió en llanto. La acongojada familia de Castillo ha pedido la máxima pena para el criminal.

OTROS CASOS

- Harold Flores Acuña (18) fue detenido en mayo de este año, acusado del asesinato de su progenitora, quien era tetrapléjica.

- En agosto, la Corte Suprema confirmó los 30 años de prisión para 'Elita' Espino por el crimen de su madre.

- En el 2005, Giuliana Llamoja asesinó a su mamá, Carmen Hilares. Por este crimen, le impusieron 12 años de prisión.