CADE 2019 en la primera jornada del evento. (Foto: IPAE)
CADE 2019 en la primera jornada del evento. (Foto: IPAE)

En momentos en que las élites empresariales se encuentran en una situación de galopante desprestigio, debido al involucramiento directo de algunos de sus miembros más conspicuos en actos de corrupción a través de coimas o el financiamiento de partidos políticos de pobrísimas, si no nulas, credenciales éticas y democráticas, ayer se inauguró la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) 2019.

El tema será el elefante en la habitación. Pero como el Perú vive circunstancias extraordinarias, llámense estancamiento económico, Congreso disuelto, Poder Judicial en crisis, seguridad pública en alerta roja, protesta social creciente en provincias con alto potencial minero, expresidentes detenidos y partidos políticos que actúan cual organizaciones criminales, será muy difícil que discursos y charlas de sobremesa en Paracas logren eludirlo. Se trata de una coyuntura que, de no resolverse de manera mínimamente positiva, impactará, a no dudarlo, en la precaria institucionalidad del país, que, en teoría al menos, debería ser el mejor escenario para hacer negocios y potenciar el desarrollo económico. Y no solo en beneficio propio.

De hecho, el propio presidente de CADE, Luis Estrada, se refirió a lo que llamó la peor crisis institucional y condenó que empresarios peruanos y funcionarios hayan vendido el país “por un plato de lentejas doradas”, así como la “pobreza moral” de personajes del sector público y privado. Mientras que Elena Conterno, directora de IPAE, entidad organizadora del evento, en su discurso inaugural se refirió a la falta de transparencia en los dineros entregados a organizaciones políticas y a la ausencia de ética de “algunas decisiones” de los grandes grupos económicos. Todo ello fue una suerte de llamado a un mea culpa de las agrupaciones empresariales, que implique acciones correctivas para que nada de ello vuelva a repetirse.

Como se ha hecho notar en diversas oportunidades, hasta ahora no se conoce un solo comunicado de los gremios empresariales en favor de la lucha contra la corrupción que libra un aguerrido pero pequeño estamento del Ministerio Público, con el apoyo de la prensa independiente, la ciudadanía e instituciones de la sociedad civil. Sería hora, pues, de que este sector económico, decisivo para el progreso de todos los peruanos, se pronuncie.

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