La población penitenciaria en Perú asciende a 98,000 internos, distribuidos en 68 penales. El aforo original de estos establecimientos asciende a 41,500, es decir, tenemos 56,500 internos por encima de nuestra capacidad.
Este hacinamiento repercute negativamente, pues dificulta los sistemas de control, vigilancia y seguridad de la población penitenciaria, generando condiciones favorables para la corrupción y permitiendo que, desde los penales, se continúe con la actividad criminal, principalmente la extorsión.
El Estado ha sido incapaz de adquirir e implementar un sistema efectivo de bloqueadores de señal de telefonía celular, y muchas de las extorsiones, secuestros y asaltos se coordinan y efectúan en los penales. Por ende, esta grave situación obliga a que el Estado tome medidas radicales, de fondo y forma.
En primer orden, se deben construir nuevos penales para dar aforo a los delincuentes que hoy hacen de los penales su centro de labor criminal. De igual forma, se deben construir establecimientos penitenciarios de máxima seguridad para segregar a los criminales más peligrosos y despreciables (extorsionadores, secuestradores, asaltantes, homicidas, feminicidas, violadores, entre otros), cortando sus nexos con el mundo exterior.
Motivado por esta problemática impostergable, viajé a la cordillera de La Viuda (ubicada entre la provincia limeña de Canta y el distrito de Huayllay en la provincia de Pasco). A unos 30 kilómetros de Canta, pasando la laguna de Marcapomacocha, ya se está sobre 4,633 m.s.n.m., y tomando un desvío por cinco kilómetros más, se llega a una extensa planicie de unas 1,000 hectáreas, rodeada de nevados. Esta es una zona estratégica e ideal para la construcción de tres penales de máxima seguridad.
La cercanía a Canta facilita la logística de alimentos, abarrotes y la disponibilidad de personal; la relativa cercanía con operaciones mineras facilita el acceso a una gran fuente de energía eléctrica; la misma orografía de la zona, llena de lagunas, garantizaría el abastecimiento de agua, y lo inhóspito y remoto de la localidad hace imposible la señal de telefonía celular (instrumento principal de extorsión).
En esta zona se tendría que comenzar por construir el primero de lo que sería un complejo penitenciario. Una prisión para 3,000 internos que tendría que estar diseñado a semejanza de las prisiones de máxima seguridad del Sistema Penitenciario Federal de los EE.UU., como por ejemplo, ADX Florence, con celdas individuales de 2.1 x 3.6 m² y régimen de aislamiento de 23 horas de encierro por una de patio, donde los internos pasan, forzosamente, los primeros dos años de sus condenas (la mayoría de cadena perpetua). Con ello, se rompe todo vínculo con el exterior y conexiones con sus cómplices en libertad.
El Estado debe velar por la paz y tranquilidad de los ciudadanos de bien. Nuestra democracia no puede ser boba y tiene que defenderse de la escoria que amenaza la paz y prosperidad de todos los peruanos.
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