Muchos se preguntan la razón de por qué Trump ha salido a gobernar tan, tan vertiginosamente. Al parecer, cuatro serían los motivos:
1) Dentro de dos años se realizarán las rutinarias elecciones legislativas para ambas cámaras (“Midterm”). Normalmente, el partido que ocupa el Ejecutivo suele disminuir su apoyo electoral, por desgaste natural, y así muchas veces pierden sus mayorías en el Senado y representantes. Trump ha llegado al poder con mayorías ajustadas en ambas cámaras, y dada la polarización y las controversias que desatan sus políticas, no quiere arriesgarse a que su agenda quede inconclusa ante un eventual muro de adversas mayorías demócratas.
2) Trump está utilizando la táctica de saturar a fondo la agenda política con anuncios casi diarios de gran impacto, lo que desborda y deja pasmados a la oposición y a sus críticos, que no se dan abasto ni dan pie con bola para responder a un mandatario tan activo. Esta táctica es antigua y ya fue usada en EE.UU. por Franklin Roosevelt. También en Perú por un muy joven Alan García (36 años recién cumplidos) en su primer gobierno, que mantuvo un activismo muy intenso desde julio de 1985. Lamentablemente, para impulsar políticas económicas, financieras, sociales y laborales absolutamente erradas, pero que transmitían una sensación de preocupación por la ciudadanía y bonanza y contrastaban con el lentísimo e indiferente segundo belaundismo que le precedió.
3) Trump muestra una energía abrumadora a pesar de estar cerca de los 80 años (compárenlo, por ejemplo, con la pasividad y ociosidad de PPK, que hasta iba a relajarse a un club sanisidrino a las 11 de la mañana en un día de semana…) y sabe que es muy posible que el cuerpo no le siga acompañando a la misma velocidad, por más “vitamina P” (poder) que le inyecte. Además, esta segunda vez está más preparado, conoce más al Estado.
4) Trump está obsesionado por pasar a la historia. ¡Hasta pretende que su rostro se esculpa en el Monte Rushmore junto a otros presidentes!
