Cristiano Ronaldo es el máximo goleador histórico de la Champions League. (Getty)
Cristiano Ronaldo es el máximo goleador histórico de la Champions League. (Getty)

Terminado el partido en Madrid, la Juventus había caído 2-0 y los rivales se burlaban de Ronaldo. Respondió con soberbia, enseñando la mano abierta por sus cinco Champions. No es el más simpático, pero vaya que es admirado. Previo a la revancha, dijo que haría tres goles y remontar la serie. Cumplió y la Juventus sigue viva en la Champions gracias a él.

Al día siguiente, Barcelona debía vencer a Lyon. Messi frente a la pelota para cobrar el penal que picó como quien le alcanza un caramelo a un niño, y significó el 1-0. Luego hizo el 3-1, tras un enganche exquisito y, para liquidar, metió dos asistencias más. Fue 5-1, Messi en modo ‘mejor jugador del mundo’. Es el antihéroe, casi nunca un acto de soberbia. Terminó el partido y habló maravillas de Cristiano, para él había sido un día normal.

Cristiano ha logrado algo que muy pocos han hecho en la historia. Pasando los 30 años, se reconvirtió de un gran extremo con gol a ser el mejor número nueve del mundo. El que mejor cabecea, el que tiene más olfato de gol. Si llega a ganar esta Champions, se mete a la mesa de los más grandes.

Messi también cambió. Hoy juega donde quiere, donde entiende que el partido lo necesita. Cada vez más asistidor y líder. También empezó como extremo con pierna cambiada, imparable por sus cambios de ritmo y capacidad de gol. Hoy es más completo, retrocede, inicia jugadas por el medio y encima, llega al gol.

Una prueba de ello fue el espectáculo que dio ayer ante el Betis, donde marcó un triplete, con un tiro libre preciso y un sombrero mágico en el final, que originó los aplausos de los propios hinchas rivales.

Comparar es inevitable, pero lo mejor que podemos hacer ahora, es simplemente disfrutar de ambos.

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