Foto: Nancy Dueñas.
Foto: Nancy Dueñas.

Redacción PERÚ21

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Autor: Ricardo Monzón Kcomt.rmonzon@peru21.com

La unión civil fue rechazada, pero Giovanni Infante está convencido de que han ganado al poner en debate los derechos de los homosexuales.

¿Qué significó para la sociedad peruana y para la comunidad de LGBT el rechazo a la ley de unión civil?Yo creo que ayer se ha marcado la línea divisoria entre quienes apostamos por la igualdad y quienes pretenden darles la espalda a la igualdad, a la justicia, a la historia. La votación de ayer (martes) ha sido decepcionante por el tipo de argumentos que se han esgrimido. La mayoría de los argumentos de los opositores no han sido de derecho, sino basados en prejuicios.

¿A qué argumentos se refiere?Argumentos como que solo hay un tipo de familias naturales o que la Biblia no permite este tipo de relaciones. Lo bueno es que el debate de ayer ha sido solo de dos horas, pero se ha discutido el tema 18 meses, y en este tiempo mucha gente que no tenía nada que ver con el MHOL y que no es gay o lesbiana se ha comprometido, ha marchado con nosotros, porque esto no se trata solamente de reconocerles derechos a los homosexuales, se trata del tipo de democracia que queremos habitar.

¿No han perdido la batalla?No, definitivamente hemos ganado. Estos 18 meses han sido el mayor periodo de debate público sobre derechos humanos de LGBT. Esto nunca antes había pasado en la historia del Perú.

¿En qué se ganó?En información, respeto y democracia, porque hemos sido capaces de aceptar que hay personas que piensan de modo distinto. Esta ha sido una oportunidad que nos permite acercarnos a ese país donde haya protección legal para todos.

Y en la votación en la Comisión de Justicia hubo 4 votos a favor y 2 abstenciones, no es poco…La votación fue reñida, pero creo que es necesario identificar responsabilidades concretas.

¿Personales o de partidos?De partidos. Por ejemplo, el partido de gobierno, a través del Ministerio de Justicia, dio una postura a favor de la ley, pero luego tres congresistas del nacionalismo votaron en contra y Omar Chehade y Marisol Espinoza no fueron a votar. Yo creo que ahí hubo una orden de Nadine Heredia de oponerse, una orden de Palacio de Gobierno diciéndoles que se opongan. Otra cosa rara que pasó es que Juan Carlos Eguren votó en contra a pesar de que el equipo técnico que contrató preparó un informe donde decía que el dictamen era favorable. Eso es algo inaudito.

¿Ahora apuntarán a la reconsideración o apoyarán la unión solidaria?Ahí hay varias cosas. Lo primero es que la unión solidaria es una ley construida para negar derechos a las parejas homosexuales. Por eso, la rechazamos rotundamente y, si el Congreso la aprueba no la usaremos.

¿Qué derechos les negarían?La unión solidaria solo construye un contrato mercantil. No reconoce que esta pareja, que se registra legalmente, constituye una nueva familia y que, por lo tanto, tiene que estar protegida por el Estado. La unión civil es derecho de familia, la unión solidaria es derecho mercantil.

¿La unión solidaria no sería un paso para aprobar luego la unión civil?No, consideramos que todos debemos tener los mismos derechos y, desde esa perspectiva, correspondía que exijamos matrimonio igualitario. Sin embargo, muchos países empezaron con uniones civiles para que las sociedades vayan discutiendo el tema y se den cuenta de que no se cae el mundo, no llega el apocalipsis, y se disminuyan los prejuicios. La unión civil era casi un paso pedagógico.

¿Y ahora cuáles son los caminos?El primero es el pedido de reconsideración de la unión civil. Si el nacionalismo recapacita y Nadine Heredia deja de hacerle caso al cardenal Cipriani, podríamos tener un nacionalismo votando en bloque la próxima semana a favor del proyecto, y este pasaría al Pleno. En el Pleno todo sería más favorable, porque la Comisión de Justicia es como un pequeño club de homofóbicos con alguna gente progresista intentando hacer el aguante.

¿Y si no pasa eso?Nos iríamos por el matrimonio igualitario. Podríamos hacer que una pareja gay vaya a una municipalidad a intentar casarse, le niegan el derecho e interponemos una acción de amparo que debe resolver el Tribunal Constitucional. Si ellos lo resuelven favorablemente, ya hay matrimonio. De lo contrario, nos vamos al sistema interamericano. La otra vía es la iniciativa legislativa de un grupo de congresistas o la iniciativa popular.

¿Crees que el presidente Humala debe pronunciarse?Claro que sí, es su deber. Tiene que velar por la Constitución, las leyes y los derechos de todos los peruanos. En los países donde se aprobó la unión civil, los presidentes lideraron las campañas.

Viendo las realidades de los países de la región, ¿cómo queda el Perú?Lo que pasa en el Perú tiene que ver con la calidad de la democracia que tenemos. Los países que aprobaron leyes de unión civil o de matrimonio igualitario tienen una cultura democrática, institucionalidad, cultura de respeto al otro, diálogo. Creo que ayer (martes) en el Congreso hemos visto todo lo contrario. Nos toca a los peruanos ver las maneras en que eso empiece a cambiar.

AUTOFICHA

- "Soy director ejecutivo del Movimiento Homosexual de Lima (MHOL). Mientras más figuras públicas declaren su homosexualidad, será mejor para que las personas se den cuenta de que podemos ser exitosos y felices. Ayuda a mucha gente a develar su opción y no reprimirse".

- "Cuando pensamos en los derechos civiles de los negros, recordamos a Martin Luther King. ¿Alguien recuerda a los opositores? Quedaron congelados en la historia y hoy sus argumentos son arcaicos. Lo mismo pasará con la unión civil".

- "Cuando se aprobó en 1936 el divorcio civil, los opositores decían que atentaba contra la familia. Casi 100 años después, vemos que con el divorcio la familia no se ha destruido. La familia cambia en el tiempo, pero hay sectores que nos quieren vender la familia de Disney".