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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

La teoría económica establece que la devaluación estimula las exportaciones y con ellas el crecimiento. Sin embargo, una rápida correlación entre devaluación y crecimiento en el Perú muestra exactamente lo contrario; las devaluaciones han sido tremendamente recesivas. Ese "desajuste" entre teoría y realidad tendría tres explicaciones: no se toman en cuenta los mercados financieros, se asume plena movilidad laboral y el Perú es una economía dolarizada. El tema laboral es vasto y complejo, por lo que no me voy a detener en él. Más bien quisiera profundizar en el tema financiero y la dolarización.

La preocupación ha estado focalizada en el crédito; por los peligros que un desbalance cambiario entre ingresos y deudas crea en las hojas de balance del Estado, de las empresas y las personas y, por ende, en el sistema financiero, al generar morosidad. Así, en los últimos 10 años, la dolarización de los créditos del sistema financiero se redujo de 60% a 30%, mientras que en el segmento hipotecario la caída fue aún más espectacular: de 90% a 27%.

¿Por qué, pues, sigue el BCR preocupado por la volatilidad cambiaria? Por los ahorros, que se han dolarizado en 10% desde el inicio de la devaluación. Y el problema no son los ahorristas, ni la intención de protegerlos, sino los desbalances que la dolarización de los ahorros genera en un contexto en que los créditos se solarizan. Los bancos se llenan de dólares que no tienen demanda. ¿Cuál es la consecuencia? Que ante la escasez de soles la tasa de interés se dispara… y con ello los efectos recesivos de la misma. El BCR provee entonces los soles, retirando dólares para no generar inflación.

Dadas las rigideces para la reactivación del sector exportador y su importancia relativa frente al sistema financiero, no es tan claro si lo que hay que hacer para reactivar es dejar la decisión a la volatilidad cambiaria. Lo importante es trabajar por la desdolarización. Hemos sido exitosos en solarizar el crédito. Quedan pendientes los ahorros.