Algunos espacios emblemáticos de la ciudad como la Plaza de Armas (foto) y el Campo de Marte se mantienen restringidos. No podemos ni acercarnos y mucho menos caminar en ellos, señala la columnista.
Algunos espacios emblemáticos de la ciudad como la Plaza de Armas (foto) y el Campo de Marte se mantienen restringidos. No podemos ni acercarnos y mucho menos caminar en ellos, señala la columnista.

En nuestro país parece ser que está prohibido caminar y no nos hemos terminado de enterar. No, no me refiero a las restricciones a la circulación por la pandemia, sino a las distintas medidas que nos imponen para recortar nuestro derecho a movernos siendo peatones. Por ejemplo, el by-pass del Óvalo Monitor: una infraestructura para autos que hará aún más difícil el trayecto para los peatones que por ahí transitan.

O peor aún, puentes peatonales que se desploman, como el reciente caso del puente de Villa María del Triunfo y que –gracias al toque de queda– no generó ninguna víctima. ¿Se imaginan que esto haya ocurrido en la hora punta? Qué tragedia habría sido. El ingeniero de transporte David Fairlie llama la atención acerca de la ausencia de la obligación de revisiones periódicas de la infraestructura. Esto permitiría detectar a tiempo fallas y prevenir este tipo de sucesos. También reclama por hacer responsables a los ingenieros a cargo de la obra y, agregaría yo, a las autoridades correspondientes. ¿Será que los colegios profesionales exigirán responsabilidad en sus colegiados o mirarán para el costado?

Al mismo tiempo, algunos espacios emblemáticos de la ciudad como la Plaza de Armas y el Campo de Marte se mantienen restringidos. No podemos ni acercarnos y mucho menos caminar en ellos. Se sigue sin entender que los espacios abiertos son recomendados y los municipios continúan declarándose incapaces para gestionar sus distritos. Por otro lado, la Municipalidad de Lima retrocedió en la apertura de los gimnasios municipales que, aunque propiciarían el deporte, son recintos cerrados que presentan importantes riesgos a la salud pública.

Ojo que estoy hablando de nuestro derecho a caminar, no a aglomerarnos en las calles y contagiarnos mutuamente. Parece que ni la pandemia logra restituirnos la posibilidad del acto más humano, más natural, más simple pero a la vez poderoso: el caminar. Quizá empiecen a cambiar los letreros de “Prohibido pisar el césped” por unos más totalizantes pero que reflejan lo que quieren: “Prohibido caminar”.

El martes 26 empieza el Tercer Foro Ciudades Cómo Vamos “Propuestas con evidencia para un cambio colectivo”. Son bienvenidos a participar y aprender sobre experiencias e investigaciones realizadas en Arequipa, Cajamarca, Callao, Chiclayo, Lima y Piura. El ingreso es libre y pueden inscribirse y ver el programa aquí: