Las autoridades empiezan sus gestiones con “primeras acciones” como el retiro de las muy agresivas y enemigas mortales bancas o agarrando a combazos las peligrosísimas macetas y ni qué decir de los criminales bolardos, señala la columnista.
Las autoridades empiezan sus gestiones con “primeras acciones” como el retiro de las muy agresivas y enemigas mortales bancas o agarrando a combazos las peligrosísimas macetas y ni qué decir de los criminales bolardos, señala la columnista.

No podíamos empezar peor el año que con nuevos alcaldes no solo desfasados en conceptos urbanos sino también con currículums de mala gestión y acusaciones de corrupción. Las autoridades empiezan sus gestiones con “primeras acciones” como el retiro de las muy agresivas y enemigas mortales bancas o agarrando a combazos las peligrosísimas macetas y ni qué decir de los criminales bolardos o separadores que han retirado de la vía pública.

Todos esos son elementos peligrosos que amenazan nuestra vida pues “qué se ha creído” la abuelita que se cansa al caminar y quiere sentarse unos minutos a descansar o es “muy malcriado” el niño pequeño que se deleitaba con las plantitas con las que se cruzaba camino al nido. Gracias a estos alcaldes y alcaldesas se pondrá orden al desorden: no más caminar placenteramente, no más verde urbano, no más pacificación del tránsito, no más ciclovías para evitar atropellos, no más sombra ni espacios de descanso y muchos menos murales que representen la identidad del barrio y la cultura pues “nadie conoce a esos personajes”.

Bravo, alcaldes, son brillantes e inteligentes y, mientras se ufanan e hinchan el pecho porque unos cuantos les celebran su estupidez, se han ganado el premio de lo absurdo y de lo torpe. No se preocupen, sus caras y nombres serán recordados para siempre. Su legado es permanente pues las fotos y posts donde dan cuenta de sus fechorías serán por siempre, usados como los ejemplos de los casos fallidos de gestión urbana. No dejaremos que queden en el olvido. Serán recordados como los más antitécnicos, los más vergonzosos y los más antiurbanos. Palmas para ustedes.

Quizá el argumento más increíble es que atacan los espacios públicos con el objetivo de “reactivar la economía”. Pobrecitos, no se dan cuenta de que un auto parqueado ocho horas no solo no consume, sino que estorba. No se dan cuenta de que la única economía que reactivarán es la de las mafias que privatizan la calle y cobran cupos por parquear o cuidar el auto. No entienden, ni entenderán, que la economía se reactiva cuando la gente sale a la calle a disfrutarla y se queda largo tiempo en ella, cuando puede caminar y se encuentra con una oferta cultural y recreativa estimulante. Ahí es cuando se reactiva la economía, cuando estando en la calle nos provoca tomarnos un jugo o almorzar en un restaurante, cuando el olor del pan recién horneado nos invita a entrar a la panadería, cuando aprovechamos y nos cruzamos con ese producto que justo necesitamos o cuando, luego de hacer la compra del mercado, nos quedamos un ratito más porque se está rico, se está seguro y se está cómodo. Bravo, autoridades, por hacer todo lo contrario… como ya les dije, serán muy recordados.