Vía Evitamiento: Peajes de Lamsac subieron hoy de precio. (Anthony Niño de Guzman)
Vía Evitamiento: Peajes de Lamsac subieron hoy de precio. (Anthony Niño de Guzman)

Hace un tiempo un amigo me dijo que había tres tipos de corrupción en las obras públicas. La primera es la coima que se paga para que se asigne la obra a un postor determinado. La segunda es la corrupción asociada a la calidad de la obra. Esa en la que te inflan el precio por el cemento o le meten menos fierro o ladrillo ahí donde debería haber más. Pero hay un tercer nivel de corrupción relacionado con su utilidad. Sí pues, no son pocas las veces en las que la obra en cuestión ni siquiera sirve. Imaginen un tercer carril que promete acabar con el tráfico, pero no hace sino empeorarlo.

Para la mayoría de ciudadanos, la corrupción no es una sorpresa. De hecho, sacando un promedio de los resultados de las encuestas de Lima Cómo Vamos de los cuatro años de la gestión de Villarán, el 53.8% de limeños consideraba que existía corrupción en la gestión de recursos públicos de la Municipalidad de Lima. Por su parte, en la gestión del alcalde Castañeda, el promedio de la percepción de corrupción en la gestión de recursos públicos alcanzaba el 62.8%.

El alcalde Muñoz hace bien en manifestar la indignación colectiva cuando reclama por los “peajes de la corrupción” al momento en que explota la corrupción escondida bajo la campaña del No a la revocatoria de la exalcaldesa Villarán. Los ciudadanos no debemos pagar los millones que alguien se guarda en el bolsillo. Sin embargo, lo que más me molesta es que se pueda usar esto de excusa para que el usuario del auto privado aproveche en sumar argumentos para no pagar lo que debe pagar. Pagar por su derecho a circular por las vías o pagar por lo que contaminan.

Por su parte, el sector privado debe entender que la variable de la coima no puede estar incorporada en los balances financieros. Un representante de una importante empresa de ingeniería mundial me decía que ellos no entraban a Perú pues sus políticas institucionales son cero tolerantes a la corrupción y con estándares éticos muy altos. Algunos aún creen que la coima acelera los negocios, pero, en realidad, lo que ocurre es que hace que estos caigan. A veces más tarde que temprano, pero caen al fin y al cabo.

Sin embargo, la ciudad no se merece eso y, por suerte, hay procesos que sí suman y tienen impacto positivo. Por eso, aprovecho en invitarlos este miércoles 22 a la ceremonia de la primera edición del Premio Ciudad al Liderazgo Urbano promovido por Lima Cómo Vamos. Inscríbanse en las redes sociales y compartan esta noche de reconocimiento con quienes buscan hacer de nuestra ciudad un mejor lugar para vivir, libre de corrupción y de malos políticos.