Producto del atropello a una señora por un scooter eléctrico, se disparó el debate sobre por dónde deben circular estos vehículos. El MTC en su recientemente aprobada reglamentación los denomina vehículos de movilidad personal (VMP) y restringe su uso a la calzada, es decir, a las pistas. Sí, junto a los automóviles. ¿Es esto razonable?
No olviden que el peatón es y será siempre el actor más vulnerable y debe ser protegido en cualquier circunstancia. Esto significa que el diseño de la ciudad debe ser apropiado para sus desplazamientos sin que se le exija recorridos más complejos y cansados (¡te hablo a ti, puente antipeatonal!) ni que se les exponga a accidentes producto de la velocidad. Tampoco se le debe cargar con responsabilidades absurdas como la de calcular la velocidad del auto para decidir si es seguro cruzar una calle.
Dicho esto, los ciclistas y los usuarios de VMP son también vulnerables y es necesario repensar las políticas y el diseño urbano buscando promover y no desincentivar el uso de estos medios de transporte en condiciones de seguridad y comodidad. Entonces, ¿estoy diciendo que los scooters deben ir por las veredas? No. Lo que digo es que se deben crear las condiciones para que ciclistas y usuarios de scooters y artefactos similares puedan ir por ciclovías (hacen falta muchas más) y por las pistas siempre que la velocidad permitida para los autos sea baja y el diseño ofrezca condiciones apropiadas para que la vía se comparta sin riesgo de morir atropellados.
Por esto hace ruido la campaña de la Municipalidad de San Isidro dirigida a los usuarios de scooters pues han olvidado quiénes son los primeros y principales agresores de los peatones e invasores de las veredas: los conductores de autos, buses y motos. Por su parte, en Miraflores siguen sin entender la movilidad sostenible cuando su alcalde anuncia una ordenanza que incluiría un registro obligatorio de ciclistas y usuarios de scooters particulares que solo desincentivaría su uso. Hoy se publica la ordenanza y espero que ese registro sea en realidad voluntario, como me han informado representantes del distrito.
Sí hay que meternos con la vereda: para ampliarla y hacerla más segura, para que las transiciones con las ciclovías sean cómodas, para que nos ofrezca más calidad urbana. Y, sobre todo, hay que meternos con las pistas: para disminuir el riesgo, bajarles la velocidad y reducir el ancho de los carriles en beneficio de la movilidad sostenible. Bajo este enfoque es que Lima Cómo Vamos ha publicado unas recomendaciones para la gestión municipal de la micromovilidad que esperamos que sean tomadas en cuenta por los gobiernos locales. Una advertencia: con la movilidad sostenible no te metas.