Cuando venga el terremoto y te mueras, será TÚ culpa (Facebook/Buen ciudadano)
Cuando venga el terremoto y te mueras, será TÚ culpa (Facebook/Buen ciudadano)

Cuando venga el terremoto y te mueras, será TU culpa. Eso es lo que en resumen dice un post publicado desde una página en Facebook llamada, paradójicamente, “Buen Ciudadano”. Quizá usted fue uno de los que dio like, compartió o asintió al leer el mensaje. A la hora de escribir esta columna, la publicación había sido compartida casi treinta mil veces. Casi treinta mil veces. El argumento es que son los propios ciudadanos los que se ponen en riesgo al habitar viviendas informales y autoconstruidas. El post va acompañado de una foto que muestra unos típicos edificios de ladrillo sin tarrajear que han sido construidos de manera progresiva agregando distintos pisos, cada uno con un voladizo para ganar metros. La foto parece haber sido tomada desde un puente y las viviendas estarían ubicadas al borde de un río. Ciertamente, viviendas con altísimo riesgo habitadas por ciudadanos que viven en una inmensa vulnerabilidad.

Pero ¿es de verdad culpa de ellos? Algunos comentaristas le echan la culpa al pobre de ser pobre y, los más refinados, le echan la culpa al pobre por no salir de la pobreza. ¡Ja! Como si fuera tan fácil. Por su parte, Saulo recibió 829 likes cuando escribió: Y cuando pase eso, no seas conchudo de pedir ayuda al gobierno porque lo perdiste todo. Esteban es más directo: Que se jodan. QUE SE JODAN. Repítanlo. Que se jodan. Ni un ápice de compasión. Que se jodan. Ningún indicio de solidaridad. Que se jodan. Que se jodan ellos. A mí eso no me va a pasar. Y eso no me va a pasar porque yo sí soy un ciudadano ejemplar que no es informal, que paga sus impuestos y que no coimea. Por lo visto, también eres un ciudadano que no reacciona a la inercia de un Estado cuyas políticas públicas no ofrecen oportunidades mínimas para, por ejemplo, permitir que los ciudadanos accedan a una vivienda de calidad, segura y digna.

La ausencia de una política de vivienda social tiene como consecuencia la informalidad, la aparición de mafias que trafican terrenos y el incremento de la vulnerabilidad. La desigualdad y la pobreza se potencian cuando el Estado decide renunciar a ofrecer las prestaciones mínimas de bienestar para quienes más lo necesitan. Al final, y en eso sí tienen razón, los platos rotos los pagaremos todos en esfuerzos de reconstrucción, pero no por “culpa” del ciudadano informal, sino por culpa del gobierno indolente.

Cuando ocurra el terremoto y se mueran otros, será TU culpa. Pues tu falta de empatía y ciudadanía no solo los habrá matado a ellos, sino que habrá acabado con nuestra sociedad. Justamente esa que hace que México hoy esté más unido que nunca. Por el contrario, en el Perú solo presenciaremos likes y shares de Facebook celebrando la muerte, echándoles la culpa y consolidando, ya no la vivienda informal, sino la ausencia de humanidad.

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