"Nadie se opone a que exista un nuevo espacio público de libre uso. Sin embargo, sí debemos cuestionar si este distrito con una oferta de excelentes áreas verdes era quien merecía tener un parque más", señala la columnista.
"Nadie se opone a que exista un nuevo espacio público de libre uso. Sin embargo, sí debemos cuestionar si este distrito con una oferta de excelentes áreas verdes era quien merecía tener un parque más", señala la columnista.

En Miraflores se ha desatado una controversia por la construcción de un Jardín Botánico Bicentenario en el acantilado de la Costa Verde. Nadie se opone a que exista un nuevo espacio público de libre uso. Sin embargo, sí debemos cuestionar si este distrito con una oferta de excelentes áreas verdes era quien merecía tener un parque más. Esto es especialmente importante pues los más de 20 millones de soles de inversión –que no incluyen el puente con Barranco– vienen del Ministerio de Vivienda.

¿Está siendo equitativo el gobierno central en la asignación del presupuesto público? ¿Acaso no hay miles de metros cuadrados zonificados como áreas verdes abandonados? ¿El Estado se da cuenta de que perpetúa la desigualdad urbana cuando decide invertir en zonas ya desarrolladas mientras que otras son dejadas a su suerte? Miraflores tiene capacidad de gestión, pero otros distritos no logran transferencias para obras que sus vecinos necesitan.

Los vecinos de la zona del parque desconfían y esto va más allá de discriminación disfrazada de residencialidad. Se preguntan cómo mitigarán los impactos negativos, si se controlará el ruido, la aglomeración y la basura. Consideran que quieren pasarles gato por liebre y concesionar a diestra y siniestra el equipamiento. Miraflores lo niega. Veremos qué ocurre después.

También hay quienes indican que un lugar de contemplación no es realmente un espacio público. Sin duda, hay alternativas para proponer una intervención menos agresiva a la zona del acantilado, pero, sobre todo, es importante que las obras sean integrales y de integralidad carece esta y todas las obras urbanas que se desarrollan.

Esto es algo que debe cambiar. Este no es un lío de ricos, sino una oportunidad para cuestionar la inequidad en la distribución del dinero público en el hacer ciudad.

Nota: Agradezco a la municipalidad, especialistas y vecinos que me hicieron llegar información y sus argumentos.