Lima y sus dolores. (Municipalidad de Lima)
Lima y sus dolores. (Municipalidad de Lima)

Entre lomas que resisten, playas que se oponen, riberas que se descubren de la basura que las ahoga, Lima es una ciudad de territorios dolorosos. Uno de los territorios que se encuentran en disputa es el Centro Histórico. Somos testigos del deterioro patrimonial, el desbalance comercial, la pobreza, los tugurios que no ofrecen condiciones de vivienda dignas, etc. Hay quienes imaginan el Centro como un espacio aséptico, sin ruido ni vida, principalmente contemplativo, al estilo de un museo antiguo. Otros creen que la monumentalidad es en realidad una carga indeseada, que los niveles de protección no permiten el desarrollo ni la puesta en valor de los inmuebles y, por lo tanto, del espacio público mismo.

Yo apuesto por un Centro vivo que mantenga su carácter y valore su patrimonio pero que no prescinda ni de la gente ni del comercio. Un Centro que ofrezca oportunidades a sus habitantes, que invite a los visitantes a disfrutarlo y que sea un lugar no solo memorable sino también querible. Un Centro en movimiento, ambientalmente sostenible y socialmente amable. Por su parte, la Municipalidad de Lima aprobó el Plan Maestro del Centro Histórico. Este documento ha sido cuestionado por algunos especialistas. Argumentan que no es un plan urbano pues se concentra en factores estéticos y arquitectónicos, y no presta suficiente atención a las necesidades urbanas y sociales de los habitantes y visitantes del Centro como los depósitos que se ‘comen’ las edificaciones y la necesidad de vivienda social. Desde Prolima indican que sus funciones no les dan la potestad para involucrarse en esos temas pues son un órgano de protección patrimonial.

Otra de las críticas es que el proceso de elaboración del Plan Maestro no ha sido suficientemente participativo y vecinos y expertos se han sentido excluidos del proceso. Prolima señala que sí ha dado espacios para el recojo de opiniones. Sin embargo, estos no habrían sido suficientes ni en la cantidad ni en las formas.

Yo soy una convencida de que siempre se puede hacer más, empezando por articular con otros procesos de planeamiento en marcha como el PlanMet 2040. Pero, ahora, con el Plan Maestro aprobado, ¿qué corresponde hacer? Pues, al menos dos cosas. La primera, como es natural, será mejorarlo y complementarlo con instrumentos de planificación territorial que permitan atender las complejidades propias del Centro de nuestra capital y así evitar fenómenos peligrosos como la gentrificación, es decir, la expulsión de la población original por nuevos habitantes que sí pueden pagar el costo de vida –que aumentará muchísimo producto de la transformación del espacio–.

Por otro lado, corresponde abrir canales de comunicación con los interesados (y, en particular, con los vecinos) para no solo escucharlos, sino recibir sus ideas y preocupaciones pues, al final, se supone que tanto la municipalidad como los especialistas y vecinos quieren lo mismo: que el Centro de Lima, manteniendo su identidad y su valor, sea el espacio que nos representa y que nos acoge.

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