Lima y sus problemas. (USI)
Lima y sus problemas. (USI)

Luego de ocho años en los que desde Lima Cómo Vamos presentamos encuestas e indicadores sobre la calidad de vida urbana en la ciudad, Lima sigue mostrando los mismos problemas y pocas son las soluciones que se plantean para llegar a resolverlos. Esta semana haremos pública nuestra última encuesta, en la que nuevamente aparecen la inseguridad ciudadana (75%) y el transporte público (51%) como los dos principales problemas de la capital. Este año aparece una novedad: la corrupción de los funcionarios se ubica en el tercer lugar con 27% igualando a la limpieza pública. Esta es la primera vez que se incluye a la corrupción como opción y vaya que ha entrado a la punta de la pirámide. Recuerda que tú también eres responsable pues no son peor los by-passes sobrevalorados que la pequeña coima que le pagas al fiscalizador municipal que descubre que la ampliación de tu casa no tiene licencia.

Sin embargo, un par de buenas noticias se asoman entre los resultados: ocho de cada diez limeños consideran que es necesario que su ciudad cuente con un plan que guíe su crecimiento. Ojalá que el nuevo alcalde de Lima haga suya esta demanda pues ya es suficiente con andar sin rumbo y a punta de garabatos y dibujos mal hechos en una pizarra. Otra noticia es que el orgullo que los ciudadanos de Lima tienen por su ciudad ha aumentado. Esto puede revelar que, a pesar de sus enormes y constantes problemas, los ciudadanos aún confiamos en el potencial de nuestras ciudades y, quién sabe, ojalá pongamos de nuestra parte para hacer de ella un lugar mejor. Así también, para los promotores de la bicicleta también hay buenas noticias: el 12% de limeños y el 17% de chalacos considera que la creación de ciclovías es una de las medidas que más lo beneficiaría en temas de transporte. A pesar de que estas cifras no parecen muy grandes, sí demuestran el cada vez mayor interés en este tipo de prácticas sostenibles.

La encuesta tiene mucha información sobre Lima y también sobre el Callao. Bien harían los candidatos en revisar la información recopilada y aprovecharla para construir sus propuestas y planes de gobierno para así no ofrecer humo a sus potenciales electores. En esta ocasión, los ciudadanos no vamos a dejarnos engañar por falsas promesas ni cebos de culebra. Esta vez demandaremos planes y obras que demuestren con indicadores concretos el cumplimiento de metas que mejoren, de verdad, nuestras vidas. Así que ya sabe, candidato o candidata, no nos diga que mejorará el tráfico sino cuántos minutos menos estaremos atracado en él; no nos diga que hará una gran obra sin antes decirnos quiénes y cómo nos veremos beneficiados. Los ciudadanos estamos más al tanto de la evolución urbana y queremos que nuestra capital sea una ciudad de verdad, no el remedo que hasta ahora nos ofrecen.