"Yo he expresado hace tiempo que he estado de acuerdo con el indulto", manifestó Castañeda Lossio. (LuisCastañeda/Perú21)
"Yo he expresado hace tiempo que he estado de acuerdo con el indulto", manifestó Castañeda Lossio. (LuisCastañeda/Perú21)

Dos malas obras se están concretando en nuestra capital. La primera fue la adjudicación en subasta pública (aunque de pública no tenía nada) del estadio Unión en Barranco. El alcalde Mezarina evitó que los congresistas Del Castillo y Glave ingresarán al acto donde se concesionaba, a un único postor, uno de los escasos bienes públicos del distrito. Un video registró los empujones dados por la seguridad a los padres de la patria. La premura y el secretismo del proceso levantan muchas sospechas ya que, además, resulta inexplicable la motivación para deshacerse de un espacio público. ¿Es el último año de su gobierno el momento más oportuno? ¿O es que acaso la caja quedó corta?

Por su parte, el alcalde Castañeda nuevamente atenta contra la ciudad. Esta vez la víctima es la avenida Aramburú y junto con ella todos los vecinos y ciudadanos que transitamos por dicha avenida. La asociación Cruzada Vial, que de forma constante y valiente emite reportes sobre la viabilidad de las obras viales propuestas por la Municipalidad de Lima, ha demostrado –a través de estudios de flujos hechos por ingenieros especialistas en transporte y tránsito– que la propuesta de tercer carril de la MML no solo no mejora la situación en la zona, sino que la empeora. Así, el tiempo de cruce de los vehículos se incrementa en un 4%, mientras que, con las alternativas de solución propuestas por Cruzada Vial, el tiempo se reduce en 54%. No hay que ser un genio para darse cuenta de cuál es la opción que conviene más.

Además, se ganan más áreas verdes, no se talan árboles y mejora la seguridad para peatones y ciclistas. La MML no muestra los resultados de los estudios que demostrarían los beneficios de la obra pese a las demandas de Cruzada Vial. Además, mucho ojo a esto, la propuesta de solución alternativa cuesta una fracción del monto que la MML estaría comprometiendo en el tercer carril, que asciende a 7.8 millones de soles. Para colmo, según denuncias periodísticas, la empresa que ejecutaría la obra tiene su RUC dado de baja en la Sunat. Aló, ¿Contraloría? ¿Podríamos hacer control de la eficiencia de este gasto?

¿Por qué estos municipios toman estas decisiones a sabiendas del perjuicio que causan a los ciudadanos? ¿Acaso no entendieron que su mandato es servir y no destruir? La pregunta que nos queda es qué hacer para someter a escrutinio público a nuestras autoridades y obligarlas –aunque no quieran– a trabajar en favor de su ciudad. Ciertamente, el voto –en sí mismo– no es suficiente. Nos toca involucrarnos más, mucho más.