Municipalidad de Barranco multará con S/2,025 a baññistas que arrojen basura en las playas. (USI/Referencial)
Municipalidad de Barranco multará con S/2,025 a baññistas que arrojen basura en las playas. (USI/Referencial)

Seguro vieron el reportaje en que una periodista muestra la basura y suciedad dejada por los bañistas en una playa en el sur de Lima. Ella fue insultada y atacada mientras filmaba los desperdicios en la arena y las bolsas que flotaban en el agua del mar. El reclamo airado de una de las personas le decía que muestre lo bueno y no lo malo. Y él tiene razón. Sí, queremos mostrar lo bueno. Y lo bueno sería esa misma playa siendo disfrutada por todos los bañistas y sin basura regada a sus pies. Lo bueno sería ver a las familias riendo sin botellas de plástico a su alrededor, a los niños cavando huecos sin encontrarse con envases de tecnopor, y la arena con peñas y algas, pero sin colillas de cigarros ni tapas de metal.

Sin embargo, la molestia de las personas parece irónica: ¿acaso no son ellas mismas las que están tirando la basura ahí? En realidad, la ira que generó la presencia de la reportera fue más porque estaba evidenciando la cochinada. Haciéndoles roche por su actuar. Y, por supuesto, a nadie le gusta reconocerse así. Es como si les hubiesen gritado ¡COCHINO! ¡COCHINO! en la calle, solo que en televisión nacional y en las redes sociales que preservarán su sucia actitud. Otro de los agresores era un comerciante de la playa, trabajador o dueño de uno de los restaurantes, a él le molesta el riesgo de perder clientes. Pero seguro son sus descartables y botellas de gaseosa los que acaban tirados en la arena.

Aunque ojo, hay un actor que no sale en el video. No sale gritando a la periodista ni amenazándola con tirar las cámaras al mar. Y este actor no sale pues siempre pasa piola y es muy educado: los fabricantes de alimentos y bebidas envasadas. ¿No son acaso las botellas de sus gaseosas, las latas de sus cervezas y las envolturas de sus golosinas las que acaban tiradas en las calles y playas de nuestra ciudad? En Alemania existe una tasa que se debe pagar según el empaque que tenga el producto y qué tan reciclable sea. A más contaminante, más alta la tasa. Quizá ya es hora de que quienes venden productos que, a su vez, generan basura asuman su responsabilidad en este muladar.

¿Cómo resolver este problema de suciedad colectiva? No basta con proveer de infraestructura adecuada (tachos y sistemas de reciclaje), también corresponde sancionar la mala conducta, aprovechemos que 9 de cada 10 limeños declaran no tolerar que se tire basura al piso, según la encuesta Lima Cómo Vamos (¡parece el mundo ideal!). Justo, el congresista Lombardi acaba de presentar un proyecto de ley para reducir el uso de las bolsas de plásticos, ojalá sea aprobado y pronto para dejar de verlas flotar en nuestro hermoso mar.

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