Incendio en Norkys de Plaza San Martìn es de código 5. (Carlos Viguria / Perú21)
Incendio en Norkys de Plaza San Martìn es de código 5. (Carlos Viguria / Perú21)

Hay cosas que uno no aprecia hasta que las pierde. Esta semana hemos tenido varios ejemplos. Ayer Lima amanecía con una importante pieza de su patrimonio arquitectónico hecho cenizas. La Casa Giacoletti, construida poco antes del centenario de nuestra república, yace ahora tiznada de negro y las lúgubres paredes que aún se sostienen se esfuerzan por recordarnos su grandiosidad. Muchos hemos pasado frente a ella, pero pocos sabían de su historia. Quizá si la puesta en valor del patrimonio se acompañara de estrategias de difusión y pertenencia, estos bienes estarían mejor cuidados y seguirían regalándonos la monumentalidad que hoy quedó hecha jirones.

Por su parte, el anuncio de la subida del pasaje del Metropolitano –como es natural– trajo consigo oposición. La Municipalidad de Lima no parece poder resolver los conflictos con los operadores y las batallas se definen en sedes arbitrales cuyos resultados le cuestan mucho dinero al Estado, es decir, a nosotros mismos. En ese sentido, los ciudadanos en general y, en particular, quienes somos usuarios del Metropolitano, debiéramos exigir la solución. Sin embargo, la acción colectiva cuesta y, salvo que alguien con influencia asuma el liderazgo, parece que el 1 de noviembre los pasajes subirán y afectará, sobre todo, a los usuarios con menos recursos.

Al mismo tiempo, los vecinos de la privilegiada zona de la Av. Benavides, en Surco, han decidido hacer oír su voz y exigirle al alcalde de Lima que pare la ampliación de carriles. Más allá de sus intentos por proteger los árboles o la estética de su distrito, ambas razones valiosas, resulta interesante que surjan opiniones en torno a soluciones viales más beneficiosas que las planteadas por el alcalde de Lima actual. Así, la organización vecinal empezó a surgir y rápidamente las energías se enfocaron en manifestar su oposición, involucrar a autoridades que apoyarán sus reclamos, difundir en medios masivos y sumar a más vecinos preocupados por una obra que disminuirá su calidad de vida y que no resolverá el problema de tráfico.

Todo esto pasa mientras nos preparamos como país para recibir el bicentenario. Quizá debamos aspirar a llegar a 2021 no solo con una reconciliación nacional, sino también con la convicción de promover el derecho a la ciudad como una necesidad innegable para garantizar nuestros derechos colectivos a tener un buen lugar donde vivir. Esto no será posible sin una ciudadanía activa y, en ese sentido, los invito a participar en el I Foro Urbano – Ciudades, ¿Cómo Vamos? Hacia la Transformación Urbana, este 13 de noviembre (ingreso libre, previa inscripción). Presentaremos los nuevos resultados de la encuesta Lima Cómo Vamos y los retos de Lima y Callao, y dialogaremos con el alcalde electo de Lima, Jorge Muñoz. ¡Hazte escuchar! ¡Involúcrate con tu ciudad!