Asma Infantil (Foto: Getty)
Asma Infantil (Foto: Getty)

Una investigación realizada por el Lancet Planetary Health (Achakulwisut et al) nos muestra que Lima es la ciudad en la que más casos nuevos de asma en niños y niñas son causados por la contaminación del aire producto de las emisiones (dióxido de nitrógeno) del parque automotor. Esto nos coloca en el primer puesto de 125 ciudades. Es decir, nos enfermamos producto del tráfico y el humo de los carros y autobuses.

Según el estudio, Lima es más contaminada que Shanghái, Bogotá y Beijing. Ahora, vayamos con cuidado. Los puntos para el recojo de información de la calidad de aire en nuestra ciudad son pocos y se encuentran en unas zonas específicas de la ciudad. Además, no siempre funcionan todos. Esto nos deja sin datos certeros que nos permitan monitorear correctamente los niveles de contaminación a los que nos exponemos diariamente. Evidencia que resulta clave para tomar medidas.

Sin embargo, aunque la fuente de estos datos no sea precisa, la verdad es que el aire que se respira en la calidad es cualquier cosa menos saludable. Y esto tiene consecuencias severas en nuestras vidas. Desde las alergias hasta las enfermedades respiratorias que se apoderan de nuestro día a día y nos causan malestar y enormes gastos en nuestra salud que bien podríamos evitar.

Respirar aire limpio es un derecho y hay varias acciones que deberían garantizarnos que eso ocurra. Desde la modernización del parque automotor y el cambio de la matriz energética. Toca abandonar, de una vez por todas, el combustible fósil y migrar a energías limpias como la eléctrica y el gas. Es clave invertir en sistemas de transporte público para que sean menos los viajes que se realizan en auto. También hay que promover el uso de la bicicleta y la caminata, pero qué mejor que pedalear sin respirar los gases que emanan de los tubos de escape.

Por supuesto, debemos ser más rigurosos con la fiscalización de otras fuentes de emisiones como las fábricas y corresponde exigir una cruzada metropolitana para lograr respirar aire limpio pues, aunque pueda haber esfuerzos distritales, el aire fluye y no conoce de fronteras.

Quizá usted todavía no se dé cuenta. Se ha acostumbrado y por eso no lo nota. Quizá no reconoce aún que esa alergia permanente en los ojos o en la nariz, esa tos persistente, ese sentirse corto de aire o las constantes gripes que se prolongan y parecen no tener fin son solo síntomas de ese aire sucio y contaminado que respiramos cada día. Sin embargo, ya es momento. Es momento de decir basta y luchar por nuestra salud pues lo que nos están robando es la propia vida. Y nos la roban cada vez que respiramos.

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